El «diálogo con los ciudadanos de Bilbao», que organizaron ayer en el Palacio Euskalduna la Comisión Europea y el Gobierno de Gasteiz, se convirtió en un acto propagandístico, que contó con escasa presencia de ciudadanos, al margen de los séquitos oficiales, parlamentarios, profesores universitarios, representantes de la judicatura y algún representante de alguna pequeña empresa. Solo destacó un grupo de estudiantes de Erasmus en el acto celebrado en una de las salas más pequeñas de ese recinto y, aunque el encuentro se pudo seguir por internet y twitter, las preguntas por esas vías apenas llegaron.

Al de diez minutos de iniciarse la jornada, los parlamentarios y junteros de EH Bildu, encabezados por Dani Maeztu, Oskar Matute y, entre otros, Maribi Ugarteburu desplegaron la bandera de Grecia y la ikurriña para denunciar la presencia del enviado de la troika, Jyrki Katainen, en el acto, que hoy continuará en Madrid.

Antes de entrar al Palacio Euskalduna, que ayer tuvo un despliegue muy importante de ertzainas, Maribi Ugarteburu explicó que Katainen «es representante de la troika. Esa entidad que sin ser elegida democráticamente es la que está dictando todas las políticas sociales y económicas que están llevando a este continente, a Europa, al borde del abismo de la fractura social. Es el representante de un modelo injusto y caduco». Por lo que insistió en nombre de EH Bildu que «necesitamos una Europa sin troika, sin dictadura de mercaderes, basada en la solidaridad entre las personas y los pueblos».

Fuera del palacio de congresos, se movilizó la plataforma «Euskal Herrian TTIPari ez!», compuesta por centrales sindicales, colectivos sociales y políticos. Explicaron que «la troika, principal impulsora tanto del TTIP como del plan Juncker, ha enviado al comisario Jyrki Katainen, vicepresidente responsable de Fomento del Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, departamento muy ligado tanto al plan Juncker como al TTIP».

Doble vara de medir

La Ertzaintza desplazó esta protesta lejos del Palacio Euskalduna, lo que no hizo con una protesta de ertzainas que estuvieron en la misma puerta.

A juicio de estos colectivos, «este plan únicamente ahondará en la situación de precariedad y miseria a la que cada vez más ciudadanos vascos nos vemos condenados. Estamos en la calle defendiendo los derechos de la mayoría que conformamos trabajadores y clases populares». Remarcaron que «la imposición de la troika nos aboca al paro, al empobrecimiento y a la pérdida de derechos y libertades. Planes que apuestan por el cemento y el ladrillo frente a las necesidades sociales; planes que rescatan bancos y constructoras multimillonarias en vez de rescatar personas y pueblos. Planes que pretenden destruir nuestras vidas para seguir agrandando las cuentas millonarias de transnacionales, políticos y banqueros».

Dentro, Jyrki Katainen remarcó que el plan Juncker abre la puerta a los proyectos inversores del mercado único digital «que tienen alto riesgo y pueden optar a ayudas oficiales» y, adelantó que el plan prevé generar dos millones de puestos de trabajo, «si se cumple el esfuerzo multiplicador del mismo».

El vicepresidente, se posicionó a favor del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE al señalar que «si queremos un mercado a nivel interno, ¿por qué no vamos querer un mercado más amplio con Estados Unidos, que nos da 300 millones de posibles clientes?». Aunque tuvo que admitir que eso funciona en la doble vía.

El lehendakari Urkullu demandó ayudas «directas para los 1.100 millones presentados», entre ellos para el TAV, dijo.