EDITORIALA
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Sospechosa discreción y mucho que aclarar

La decisión de Kutxabank de no presentarse como acusación en la causa abierta por los presuntos pagos irregulares al exdelegado del Gobierno Mikel Cabieces aviva el escándalo surgido en torno a la entidad financiera. Más si cabe si atendemos a las razones esgrimidas por su presidente, Gregorio Villalabeitia, para no personarse en el caso. El máximo dirigente del banco no tuvo ningún reparo en afirmar que consideran compensado el daño económico causado después de que el anterior presidente, Mario Fernández, pagara de su bolsillo la cantidad abonada al miembro del PSE. Añadía que a la entidad le conviene «distanciarse» de polémicas.

Cabría preguntar a los clientes de Kutxabank y al conjunto de la sociedad vasca, por tratarse de un enredo que implica a una de las principales entidades del país, si consideran el asunto tan baladí como los mandatarios de la entidad pretenden mostrar con un simple «borrón y cuenta nueva». El hecho de querer evitar polémicas no obvia la gravedad de la cuestión, así como tampoco evita poner en tela de juicio el prestigio de la entidad. Una reputación de la que dice mucho el hecho de que el caso habría permanecido oculto y bien oculto si por la dirección hubiera sido ya que, como el mismo Villalabeitia reconoció, intentó recuperar los 243.000 euros abonados a Cabieces y mantener la discreción hasta que el Banco de España le instó a presentar el caso a la Fiscalía.

Lejos de zanjar el escándalo, la actitud de Kutxabank pone varios interrogantes sobre la mesa. Empezando por la razón de tanto interés por tapar el caso y siguiendo por la sospechosa facilidad para cerrar el capítulo sin aportar explicaciones ni depurar responsabilidades ante el presagio de que se han llevado a cabo prácticas de dudosa legitimidad bajo la «razón» de estado. Desconocemos qué intereses quieren salvaguardar con este mutismo, lo que está claro es que no protegen los de sus clientes y la mayoría de la ciudadanía. Un silencio que no restituirá el buen nombre y el crédito de una entidad salpicada por dudosas prácticas y que debe muchas explicaciones.