Agustín GOIKOETXEA
MEMORIA HISTÓRICA EN BILBO

Abre la sala que PNV y PSE idearon para alcaldes fascistas

Los retratos de los ocho alcaldes franquistas comparten desde ayer espacio en una sala habilitada en el vestíbulo de la casa consistorial bilbaina, entre la veintena de cuadros de regidores que cuelgan de sus paredes. El último que se ha añadido a la colección es el de Iñaki Azkuna, defensor a ultranza de que se mostraran aunque incumpliese la ley de memoria histórica.

La «galería interpretativa de alcaldes» que pactaron hace un año PNV y PSE abrió ayer sus puertas, recibiendo la visita del actual primer edil, quien defendió la apertura de este espacio expositivo. «La historia de Bilbao será mejor o peor, pero es la historia de Bilbao», argumentó Ibon Areso, añadiendo que el aval «académico» lo dan los textos que acompañan a los retratos de los regidores agrupados por etapas, elaborados por los historiadores Joseba Agirreazkuenaga y Mikel Urquijo. El portavoz del PSE, Alfonso Gil, habló de «día grande para la historia de esta ciudad».

No es de la misma opinión EH Bildu que, al igual que las asociaciones memorialistas, criticó el empeño del Gobierno municipal por eludir los dictados de la Ley de Memoria Histórica de 2007. Su portavoz, Aitziber Ibaibarriaga, manifestó en una comparecencia previa que «el mantenimiento de los alcaldes franquistas con los democráticos contradice los avances dados ayer en el respeto a la memoria histórica», en referencia al acuerdo plenario del jueves para revocar distinciones y honores que se otorgaron durante el franquismo y el compromiso para revisar el callejero.

«El año pasado dijimos que no entendíamos por qué se retiraban del pasillo de honor los cuadros de los alcaldes democráticos. Lo dijimos entonces -recordó Ibaibarriaga- y nos volvemos a reafirmar en ello: no es aceptable que estén en una misma ubicación y al mismo nivel los alcaldes democráticos y aquellos que fueron nombrados a dedo por un régimen fascista y violento, denunciado recientemente hasta por Naciones Unidas, y, no lo olvidemos, construido sobre la base de centenares de miles de crímenes, la desaparición de miles de personas y asentado sobre el terror con mayúsculas».

Para la coalición, la medida pactada por PNV y PSE es «una solución en falso que no satisface y no respeta el espíritu de la Ley de Memoria Histórica que aboga por la retirada de toda la simbología franquista». Aitziber Ibaibarriaga subrayó que la Sala de Alcaldes se debe «a la obstinación de Azkuna que se negó a su retirada y a que en todo momento PNV y PSOE han preferido salvar el patinazo del anterior alcalde y no afearle la conducta en defensa de los cuadros de alcaldes franquistas, a cumplir la ley».

Memorias de Erkoreka

A la apertura del espacio de cien metros cuadrados asistió también un nieto de Ernesto Erkoreka, el alcalde republicano que fue detenido en 1937 por los fascistas en Miranda de Ebro cuando retornaba a Bilbo desde Madrid. El alcalde represaliado por los fascistas escribió de puño y letra todas sus vicisitudes hasta poco antes de su muerte el 22 de diciembre de 1957: su paso por Iruñea, la cárcel en el Botxo y el extrañamiento en Valladolid. Su nieto indicó que las memorias de su abuelo no pueden estar en mejores manos que en las del Consistorio.

La muestra de cuadros de regidores va desde Francisco Mac-Mahon (1868-1874) a Iñaki Azkuna (1999-2014), a quien ha retratado el artista Javier Riaño. Ibon Areso dijo que este óleo refleja «absolutamente» a su antecesor. «Lo reconozco con el recuerdo que tengo de él», añadió.

Además de los textos que explican el contexto histórico de cada época redactados por los profesores de la UPV-EHU, en la sala se puede ver un modillón de madera de roble de la que fue casa consistorial hasta 1892, ubicada en la Plaza Vieja, anexa a la emblemática iglesia de San Anton; un celemín y medio de trigo de 1787, monedas del Gobierno de Euzkadi, medallas conmemorativas de la III Guerra Carlista (1878), un cántaro de votaciones o una caja de caudales del siglo XIX, el registro de los ayuntamientos de 1875 a 2015, así como una máquina de escribir de 1915 y una urna de votación de 1920.