Ariane KAMIO DONOSTIA

La lucha, en femenino

El escritor madrileño Juako Escaso publica «Todo que ganar», una novela inspirada en los sucesos del 3 de marzo de 1976 y relatada a través de las vivencias de dos mujeres. La visión femenina del relato pone de relieve la importancia de las mujeres en la transformación social y política. Deja de lado los patrones masculinos y se apodera de una óptica femenina que emplea para describir la lucha de la década de los setenta y ofrecer pinceladas de problemáticas actuales.

Gasteiz. 3 de marzo de 1976. Tras la muerte de Franco, la lucha obrera recobra fuerza en todo el Estado español y la tensión es palpable en cualquier protesta que al final resulta reprimida por parte de las fuerzas policiales. En la capital alavesa, los «grises» lanzan gases lacrimógenos al interior de la iglesia de San Francisco de Asís, en el barrio de Zaramaga, donde un grupo de trabajadores se encuentra reunido en una asamblea. Es jornada de huelga. A su salida, la Policía dispara de forma indiscriminada. La acción se salda con la muerte de cinco trabajadores.

Aquel suceso ha traspasado las fronteras del olvido y permanece vivo en la memoria de los ciudadanos vascos, a pesar de que en doce meses cumplirá un aniversario redondo; nada más y nada menos que cuarenta años.

Aquella época revulsiva dejó poso en los años posteriores; incluso se puede decir que de aquellas luchas obreras se compuso la situación política, social y económica que hoy día conocemos. El escritor madrileño Juako Escaso rememora aquellos hechos en su libro «Todo que ganar», editado por Txalaparta y La Oveja Roja, y lo hace, además, desde una visión doblemente femenina. La aportación de las mujeres trabajadoras a la lucha obrera es el principal eje de su narración, que toma cuerpo a través de dos protagonistas; Elena e Indar. Desde estos personajes, madre e hija, Escaso completa un relato dibujado en dos épocas diferentes; la de la década de los 70 y la actual. «Creo que la aportación femenina es fundamental en los procesos de transformación social y política y, además, conocemos el relato de la lucha obrera realizado con patrones masculinos. Quiero ofrecer una visión distinta sobre un episodio que generalmente se cuenta desde una óptica masculina», resaltó ayer, durante el acto de presentación de su libro en Donostia.

Reconoció que no conocía nada sobre los sucesos del 3 de marzo, aunque la lucha obrera de la década de los setenta es algo que siempre le ha atraído. Necesitó de documentación pero, en su afán por conocer la historia de primera mano, se trasladó a Gasteiz durante un mes para hablar con las mujeres que dieron impulso a la defensa de los derechos de los trabajadores. Una aportación «fundamental» para el autor porque «enriquecieron la novela desde ángulos distintos» y ofrecieron la posibilidad de incorporar un abanico de personajes que en principio no daba cabida en su libro.

Olvidados

Escaso da una vuelta de tuerca a la tragedia del 3 de marzo de 1976 y aporta un «grito de ánimo a las personas que están haciendo su lucha en su vida cotidiana. No es una historia de héroes y heroínas, si no de personas que están en su día a día combatiendo por cambiar una realidad a través de sus pequeños gestos», señaló. La actualidad, a su juicio, carece de memoria en lo que se refiere a los acontecimientos de la década de los setenta. «Hay un olvido generalizado, sobre todo fuera de Euskal Herria. Creo que es fundamental recuperar esa memoria, porque es la única manera con la que podemos comprender lo que tenemos hoy y es la manera en la que podremos construir lo que tengamos mañana», sentenció.

Su novela es, asimismo, una denuncia contra la represión, «la de antes y la de ahora», y establece un diálogo para que la ciudadanía reflexione sobre «qué es lo que ha cambiado, si es que algo ha cambiado, cómo estamos respecto a cómo estábamos hace cuarenta años y visibilizar la represión, la tortura y la violencia que en general sufrimos las personas por parte del poder, del Estado, por el capitalismo en general».

En ese sentido, Escaso ofrece una fotografía actual de la lucha feminista y de las protestas que en los últimos meses se han llevado a cabo en contra de la gestión del Gobierno español. Existe un pequeño guiño a las protestas del movimiento 15M realizadas en Madrid, aunque no son mencionadas de forma explícita. «Hace referencia a esas protestas pero no quería mencionarlas directamente; no importa dónde ocurren, la cuestión es contarlas», dijo.

Testimonios

Escaso vivió durante un mes en Gasteiz para recabar testimonios de las personas que lucharon en aquel 3 de marzo. Reconoce que la aportación femenina ha sido fundamental para dar cuerpo a su relato.