EIBAR-ATHLETIC

Se conocen, muy bien en algunos casos, pero nunca antes se han enfrentado en Ipurua como equipos de Primera. Casi podría decirse que hasta en igualdad de condiciones, teniendo en cuenta que Eibar y Athletic llegan a este primer derbi en la elite en el estadio armero empatados a puntos. Y con necesidad similar no solo de puntuar, sino también de quitarse las dudas de encima. Los dos pelearán hoy por la honra, sí, pero sobre todo por los barcos.

Lo harán los rojiblancos, que soñaban salvar una Liga irregular con los éxitos que pudieran depararle Europa y la Copa. Pero, precisamente, llegan al estadio eibarrés inmediatamente después de caer, y de forma dolorosa, en el torneo continental; y a solo tres días de afrontar un duelo muy complicado, en el que se jugará su sueño copero.

Se centran en el campeonato de la regularidad las dudas del Eibar. Que las tiene, por mucho que su posición en la tabla siga superando las expectativas que pudieran tener los más optimistas cuando arrancó el campeonato. Pero la excepcional primera vuelta de los armeros empie- za a extinguirse en el recuerdo, como consecuencia de un presente considerablemente más duro. Cinco derrotas consecutivas han encajado los guipuzcoanos en el arranque de esta segunda vuelta y, aunque las cuentas les siguen cuadrando y pese a que en sus dos últimos duelos con Elche y Villarreal han mostrado evidentes signos de mejoría, la necesidad de un buen resultado que les permita cambiar definitivamente de tercio es cada vez más patente. Aunque Garitano mantiene apagadas, e incluso cerradas bajo llave, las luces de alarma. Reconoce que «estamos hablando mucho, reflexionando mucho, son momentos difíciles, eso no lo vamos ocultar», por lo que después de que el fútbol «nos haya dado mucho en los últimos años, ahora tenemos que aprender a salir de la oscuridad. Es otra experiencia que nos debe ayudar a ser más fuertes».

Sin perder el ánimo

El camino señalado por el técnico lo acometen con más optimismo que urgencia. «Han pasado siete meses de Liga y tenemos 27 puntos, como Athletic y Real -recuerda-. Los jugadores deben sentirse orgullosos. Ahora estamos en un momento difícil pero hay que vivirlo con naturalidad. No veo motivo para el desánimo y veo al equipo como siempre, felices y muy metidos, bien de ánimo pese a las derrotas, vivo. Perder cinco seguidos no puede ser motivo para los nervios, sino para tener ganas de romper la racha».

El técnico confía en que se rompa hoy mismo -«espero un buen Eibar y espero ganar», asegura-, aunque sabe que el Athletic lo pondrá muy difícil. Ni siquiera cree que el golpe frente al Torino pueda notarse. «No creo que les influya para nada. Están acostumbrados a ganar y a perder y a jugar partidos cada dos o tres días, y siempre muestran un gran espíritu competitivo. Es un equipo al que no le suelen afectar los golpes y siempre va a tope».