Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Retazos de la «Marca España»

Muy hermosa Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa de Bornos y grande de España, luciendo la boina negra paracaidista después de ser proclamada Dama Almogávar Paracaidista de Honor en la base aérea de Paracuellos del Jarama. Una rubia platino de grácil talle rodeada de viriles paracaidistas pertrechados para el combate a los que deleitaba con su sonrisa ¿Cómo no evocar la visita de Marilyn a los marines norteamericanos en Corea? Esperanza, la rubia almogávar paracaidista, sus detractores enfermarán de envidia.

El traje de oficial de las SS que luce su correligionario Juanjo Gastañazatorre, concejal de Durango, no está mal, pero ¿qué quieres? entre oficial nazi y Dama Almogávar paracaidista, no hay color. De haber lucido traje de aviador de la legión Cóndor, algo mucho más unido a Durango, no lo sé. Entre gorro de aviador y boina paracaidista la elección hubiera sido más reñida.

Gracias al BOE del 24 de Febrero, las dudas iniciadas en el siglo VI por la Filosofía y prolongadas a lo largo de la historia por investigaciones de las diferentes ciencias acerca del origen del Universo, el papel del azar o de la necesidad en la aparición de la vida... Han sido resueltas, decretando (el BOE) la existencia de un Dios único creador de todo lo existente y punto pelota (ricos y pobres, mujeres-mujeres y hombres-hombres, sexo reproductivo, España Una, ora et labora que verás que bien y, sobre todo, aporta al cepillo). Los obispos escriben el Boletín Oficial del Estado. Por fin las cosas como Dios manda.

Mucho es fruto del tesón de Rouco Varela y, aunque jubilado, le debemos el reconocimiento de lo hecho. De ahí la mezquindad de ciertas críticas hacia su retiro oportunamente respondidas por el portavoz de la conferencia episcopal Gil Tamayo. Que si la nueva residencia del jubilado mosén es un ático de lujo de 370 metros con cuatro cuartos de baño en el centro de Madrid y está valorado en 1.600.000 euros; que para qué quiere un secretario y dos monjas a su entera disposición. La entrega a los demás le obligó vivir en lujoso palacete donde agasajar a los humildes que acudían para hallar consuelo. No conseguiría adaptarse a otro hábitat. Un secretario y dos monjas ¿cómo si no un mus?

Cuatro baños, lógico, las próstatas episcopales con el tiempo devienen inconmensurables. Como sus testículos.