Ion SALGADO

Una nueva guía para impulsar el cambio social y hacer frente a las políticas neoliberales

La Coordinadora Nacional de la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria presentará a las instituciones su programa social, diseñado para poner fin a unas políticas neoliberales que han abierto la brecha salarial y han aumentado la desigualdad.

L a crisis económica ha disparado la tasa de paro, ha empujado a la pobreza a miles de personas y ha puesto de manifiesto el fracaso de las políticas neoliberales, que solo han servido para satisfacer las necesidades del mercado. Ante esta precaria situación, no es de extrañar que más de un centenar de colectivos sociales y sindicales suscribieran el año pasado la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria. Un documento base que ha dado pie a un programa social en el que se recogen una batería de medidas económicas y sociales. Entre las mismas, destacan la apuesta por acabar con las limitaciones presupuestarias y los recortes, impulsar una política fiscal justa y progresiva, desarrollar los servicios públicos propios, y aumentar las prestaciones sociales. Además, se incluyen medidas encaminadas a impulsar la creación de empleo de calidad, a garantizar la participación de la sociedad vasca, y a defender la democracia y los derechos culturales.

«El programa social es el espíritu de la carta», resume Ana Pérez, sindicalista de STEE-EILAS e integrante de la Coordinadora Nacional de la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, que reivindica un cambio hacia un nuevo modelo económico, político y social. En la misma línea se pronuncia Iñaki Moreno, un profesional sanitario que reclama un «golpe de timón» a las instituciones. «Exigimos a los poderes públicos que no defiendan los intereses de una minoría social cada vez más enriquecida, sino que defiendan las necesidades de la mayoría», destaca tras anunciar que pedirán a las instituciones que respondan a las «necesidades» planteadas en el programa social. «Les vamos a presentar el programa, y les vamos a exigir que se posicionen. Y, pese a que sabemos que estamos en un periodo preelectoral, queremos compromisos concretos, evaluables y cuantificables», manifiesta.

No obstante, reconoce que algunas formaciones políticas pueden «responder desde el cinismo», mostrando su apoyo al programa por un mero interés electoralista. En este sentido, destaca que las personas que han impulsado la Carta de los Derechos Sociales no son ingenuas y van a reforzar sus posiciones mediante la movilización. «Por eso son importantes las manifestaciones que van a tener lugar el 14 de marzo. Queremos que sean un muro a las políticas que nos han llevado a la crisis, y a las políticas que se siguen aplicando para salir de la misma, que se están demostrando absolutamente ineficaces», añade antes de invitar a la ciudadanía a participar en las marchas que recorrerán las calles de Bilbo e Iruñea, así como a la cadena humana organizada para mañana a las 11.30 desde la sede del Gobierno de Lakua en Bilbo hasta la Diputación de Bizkaia.

«Mano de obra barata»

Allí estarán también Endika Pérez, miembro del movimiento juvenil, y Amaia Zufia, del feminista. El primero remarca la grave situación de la juventud vasca que se ha convertido en «mano de obra barata». «El capital busca una juventud sumisa que acepte las reglas del juego. Y los jóvenes necesitamos un cambio social que nos devuelva el derecho a decidir en todos los aspectos de nuestras vidas», subraya tras señalar que la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria y el programa social son «elementos de lucha para la juventud. Son necesarios para reivindicar el cambio, para crear una alternativa y empezar a construirla».

Por su parte, Zufia, que cita las propuestas realizadas por el movimiento feminista en materia de fiscalidad, medio ambiente e igualdad, destaca que el feminismo debe ser uno de los ejes que vertebren la carta. Asimismo, recuerda que los colectivos feministas tenían miedo de que la lucha por los derechos de las mujeres quedara relegada a un apéndice. Algo que finalmente no ha ocurrido, ya que el programa social hace hincapié en la necesidad de acabar con la discriminación, y de adoptar medidas y políticas transversales para evitar la opresión y la violencia que sufren las mujeres.