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Ofensiva del Ejército iraquí y las milicias chiíes contra el EI en Tikrit

El Ejército iraquí, apoyado por las milicias chiíes, lanzó ayer la mayor ofensiva contra el Estado Islámico desde que los yihadistas se hicieron con el control de vastas zonas en el norte del país. Con la movilización de 30.000 hombres y el apoyo de bombardeos aéreos tratan de avanzar en la provincia de Saladino y hacerse con la ciudad de Tikrit. Pero la ofensiva despierta también temor entre la población suní.

Las Fuerzas Armadas iraquíes, apoyadas por milicias chiíes, atacaron ayer posiciones del Estado Islámico (EI) al norte de Bagdad, en el marco de una campaña para expulsarles de la provincia de Saladino en la que intervienen al menos 30.000 hombres. Se trata de una de las operaciones más ambiciosas emprendidas por Bagdad contra los yihadistas desde que estos se hicieron con el control de amplias zonas del norte de Irak.

El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, avanzó el domingo el inicio de las operaciones militares durante una visita a la ciudad de Samara, controlada por fuerzas del Ejecutivo y donde se han acumulado efectivos para lanzar la ofensiva.

En Saladino, el EI controla Tikrit, la ciudad del expresidente Sadam Husein, y otras localidades a orillas del Tigris. La Fuerza Aérea iraquí lanzó ataques para apoyar el avance de las fuerzas terrestres, que reciben refuerzos de tropas y combatientes de milicias chiíes, conocidas como Hasid Shaabi o unidades de Movilización Popular, de la provincia vecina de Diyala.

Las fuerzas de una base militar situada al norte de Tikrit también bombardearon las posiciones de EI en la ciudad.

«Las fuerzas de seguridad avanzan desde tres direcciones hacia Tikrit, Ad-Dawr (al sur) y Al-Alam (al norte)», declaró un coronel del Ejército. «Cazabombarderos, helicópteros y artillería atacan Tikrit para asegurar la progresión y cortar las vías de abastecimiento», precisó. Añadió que también avanzan en rutas secundarias para impedir la huida de los yihadistas. El EI se apoderó de la ciudad en setiembre, aprovechando la desbandada de las fuerzas iraquíes en el norte y el oeste de Irak. Desde Samara, el primer ministro iraquí afirmó que ha pedido al Ejército y milicias que lo apoyan que garanticen la seguridad de la ciudadanía, en un intento de tranquilizar a la población de Tikrit, principalmente suní, y que -con la experiencia de la marginación a la que les sometía Bagdad- teme ahora las represalias de las fuerzas de seguridad si los yihadistas son expulsados. Hadi al-Ameri, comandante de las unidades de movilización popular y figura central de la lucha e Irak contra el EI, pidió el sábado a la población de Tikrit que abandone la ciudad en «las próximas 48 horas», ante el objetivo de «vengar Speicher» .

Temor entre los suníes

Speicher es una base militar próxima donde cientos de reclutas, sobre todo chiíes, fueron secuestrados y ejecutados en los primeros días de la ofensiva del EI. Las milicias chiíes han prometido vengar las ejecuciones, suscitando el temor a masacres contra la población suní. Algunas tribus suníes son vistas como colaboradoras con el EI e implicadas en la masacre de Speicher.

El ritmo de avance en Saladino podría afectar a los planes para recuperar Mosul, la ciudad más importante controlada por EI en el norte de Irak, cuya ofensiva podría comenzar en abril.

Por otro lado, el EI perpetró cuatro ataques suicidas con coches bomba y cinturones explosivos contra un cuartel de las fuerzas kurdas peshmergas en Sinyar, al norte de Irak, lo que causó un número indeterminado de muertos y heridos. Los ataques fueron seguidos por combates entre los yihadistas y tropas kurdas.

Una organización británica culpa a las fuerzas de seguridad de radicalizar a «John el Yihadista»

La organización Cage, que defiende a presos de Guantánamo, se ha granjeado la ira de políticos y medios británicos por culpar a las fuerzas de seguridad de haber provocado la radicalización del conocido como «John el Yihadista». Cage denuncia la vulneración de los derechos y las detenciones extrajudiciales en el marco de la «guerra contra el terrorismo» de los países occidentales, principalmente contra jóvenes musulmanes. Pero sus detractores, con los tabloides británicos a la cabeza, la acusan de complacencia con la conducta de algunas de las personas que defiende. Entre ellas, Omar Bakri, un predicador islamista encarcelado en Líbano; Djamel Beghal, figura del islamismo francés vinculado a los hermanos Kouachi, autores del atentado contra la revista «Charlie Hebdo»; o Michael Adebolajo, uno de los dos autores de la muerte de un soldado británico en 2013. Y sobre todo, Mohamed Emwazi, presentado por los medios como «John el Yihadista», el hombre de negro que aparecía en los primeros vídeos del Estado Islámico (EI) cortando cabezas de secuestrados. Cage afirmó que Emwazi era un «un joven amable» -en palabras de Asim Qureshi, uno de sus responsables-, que se convirtió en lo que es hoy por la presión de los servicios de seguridad, después de haber tratado de viajar a Somalia para sumarse a las milicias de Al Shebab. Según Cage trataron de convertirlo en confidente y le hicieron saber que era vigilado. Finalmente, en 2012 logró viajar a Siria para sumarse al EI. «Tenemos hoy la prueba de que varios jóvenes británicos vieron sus vidas arruinadas por los servicios de seguridad», dijo Qureshi, cuyas declaraciones fueron tildadas de «condenables» por Downing Street, de «completamente falsas» por un exresponsable de los servicios secretos del MI6 y de «apología del terrorismo» por el alcalde de Londres, Boris Johnson. GARA

Fuerzas kurdas y sirias intentan expulsar a los yihadistas de Hasaka

Combatientes kurdos y el Ejército sirio llevaron a cabo, de forma separada, sendas ofensivas contra el Estado Islámico para expulsar a los yihadistas de la provincia de Hasaka, cerca de la frontera con Irak y Turquía. Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, «las fuerzas del régimen, apoyadas por combatientes de tribus, han tomado el control de 23 ciudades tras tres días de combates». A la vez, en el sudoeste, la milicia kurda de las Unidades de Protección del Pueblo bombardeó posiciones yihadistas en torno a la ciudad de Tal Tamer para tratar de tomar las ciudades asirias que el EI conquistó la semana pasada y donde secuestró a 220 habitantes. GARA