La falta de servicios que den respuesta a las necesidades de las mujeres está en el propio génesis del Centro Asesor de la Mujer Argitan de Barakaldo y se evidencia en cada balance de la actividad que desarrolla este recurso que pronto cumplirá 20 años abierto al público. Sus datos arrojan, asimismo, una nítida fotografía de las desigualdades a pie de calle.

Argitan presentó ayer el registro de la atención prestada a lo largo de 2014, por el que pasaron 421 mujeres y un total de 5.560 desde su apertura en marzo de 1996.

Según los datos ofrecidos, uno de los motivos de consulta mayoritarios fue el referido a separaciones o divorcios (38,3%), ámbito en el que a las mujeres les preocupa principalmente lo que tiene que ver con la guarda y custodia de hijos e hijas, la situación económica que puede generar esa nueva situación o lo que respecta a las pensiones alimentarias, entre otras. Advierten quienes les asesoran en el centro, que «detrás de la información sobre separación se suelen solapar los malos tratos sicológicos y/o físicos» y apuntan que son frecuentes los casos de mujeres que no reconocen el maltrato sicológico como violencia real contra ellas.

Los casos de malos tratos y/o agresiones sexuales planteadas explícitamente alcanzan el 8,3% del total, dentro de un porcentaje que, según indicaron, se mueve en torno al 10%, aunque sí precisaron que solo un 30% denuncia.

Argitan destaca otro dato que preocupa por su dimensión y por la realidad que deja al descubierto. Tiene que ver con la atención sicológica que demandan muchas usuarias y según explican, en el centro año tras año están viendo cómo un número importante de mujeres requiere esta atención. Según explican, destinan un gran esfuerzo a la atención individualizada y colectiva, y la razón es que «ni el servicio de salud público ni los recursos municipales cubren suficientemente las problemáticas sociales específicas como los malos tratos, la depresión, los conflictos de pareja, las dificultades en la separación, los trastornos de alimentación, etc».

La feminización de la pobreza

El balance destaca, asimismo, la importancia de los talleres de autodefensa, que describen como «un instrumento magnífico para mejorar la seguridad, la confianza y la autoestima» y que a juicio de Argitan, deberían cubrirse desde Educación, en los institutos, o Cultura, en los centros municipales.

Buena parte del balance dibuja la realidad económica de las mujeres que acuden al centro en busca de ayuda. Apunta Argitan que las consultas sobre los problemas laborales (10%) y las referentes a prestaciones como la renta básica o las ayudas sociales (7,8%) son «reflejo de la feminización de la pobreza y la precariedad» y precisa que la mayor parte se encuentra sin empleo o con pensiones muy bajas, generalmente de viudedad, y en muchos casos son mujeres separadas con hijos e hijas a su cargo. Otro dato, el 38,7% tiene empleo, pero son «temporales, a tiempo parcial y con bajos salarios».