Iñaki IRIONDO
Periodista
IKUSMIRA

A un niño de pecho, sobre Alonso, Maroto y el PP

Con esto del alquiler desmesurado del Ayuntamiento de Gasteiz al magnate Gonzalo Antón, que nos ha salido a los gasteiztarras por un ojo de la cara, hay una pregunta a la que no encuentro respuesta: ¿Por qué una institución pública se empeña en pagar a Antón muy por encima de lo que dicta el sentido común y los informes municipales, hasta el punto sonrojante de que el empresario se ve en la necesidad de rogar por escrito que «al objeto de que los aumentos porcentuales que se originan queden justificados, creemos se debe incluir una cláusula en la que se indique que los mismos son a petición, o propuesta, del Ayuntamiento»?

Ante mi incapacidad de solucionar el enigma, decido recurrir a las fuentes primigenias de la sabiduría popular, dejándome para ello aconsejar por el entonces alcalde y hoy ministro español de Sanidad, Alfonso Alonso, que en su día dictó sentencia de que «hasta los niños de pecho saben en el País Vasco que Batasuna es parte de ETA». Dado que lo dijo ante el Tribunal Supremo, supongo que la declaración de cualquier niño de pecho tendrá valor probatorio. Doy con uno en una de esas terrazas que con la resurrección del sol han vuelto a desplegarse en la Plaza Nueva.

El mamón, sin embargo, está ejerciendo y no puede hablar con la boca llena. Su madre, solícita, se ofrece a interpretar sus succiones y me intenta sacar de dudas. «Todos sabemos que si el alcalde, Alfonso Alonso, su entonces concejal de Hacienda, Javier Maroto, y el resto del gobierno municipal del PP se emperraron en pagar a Gonzalo Antón más de lo necesario, solo puede deberse a que le debían algún favor muy gordo o -y el niño está ahora apretando más- a que parte del exceso abonado entraba luego en un circuito que por alguna otra vía llegaba a los bolsillos de los firmantes o a la caja B del partido». Fin de la cita.

Palabra de niño de pecho que, para que conste donde proceda y sea válida a los efectos oportunos, rubrica con un eructito.