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Abierto el debate en China en torno a una eventual guerra en Corea

La posibilidad de una guerra lanzada por Estados Unidos o por Corea del Norte se está empezando a analizar en China, que advierte a ambas partes de los riesgos de seguir aumen- tando la tensión en la región. Pekín intenta mantener una postura neutral, pero tiene poca capacidad de apaciguar el clima bélico.

China, principal apoyo de Corea del Norte, se mantiene al margen en la escalada retórica entre Pyongyang y Washington, sin tomar partido al considerar que son Corea del Norte y EEUU quienes deben «actuar de forma más activa» para apaciguar las tensiones. El Gobierno chino pidió ayer a ambos países que «abandonen el viejo método de alardear de su poder», una táctica que, según Pekín, está incrementando las tensiones en la región.

Y en caso de que Corea del Norte iniciase un conflicto armado con EEUU, Pekín debería mantenerse neutral o bien impedir que Washington lanzara primero un ataque y Pyongyang respondiera, según el diario “Global Times”, cuyo editorial reconoció que China «no es capaz de persuadir a Washington o Pyongyang para que retrocedan en estos momentos».

Pero si sus intereses estratégicos regionales corren peligro en un hipotético conflicto y ante la posibilidad de que EEUU y Corea del Sur intenten derrocar al régimen norcoreano o cambiar la situación política de la península, Pekín debe dejar claro que «les impediría hacerlo», prosigue el editorial.

China «resistirá firmemente que cualquier bando quiera cambiar el statu quo de áreas donde haya intereses chinos», destacó el “Global Times”, diario no directamente ligado al Gobierno aunque sí relacionado con sectores nacionalistas del régimen. El editorial opina que ni Washington ni Pyongyang «quieren en realidad una guerra», aunque advierte de que los cruces de amenazas pueden llevar a un conflicto estratégico.

La posición neutral que ha intentado mantener China en las actuales tensiones no le ha servido más que para recibir críticas tanto desde Washington, que le acusa de no presionar lo suficiente al régimen de Kim Jong-un o incluso de ayudarle, como de Pyongyang, que califica a Pekín de «traidor» por aprobar sanciones económicas contra Corea del Norte en la ONU.

Diálogo complicado

China no aprueba el programa nuclear y balístico norcoreano, que considera un foco de tensiones regionales innecesarias, pero también ha sugerido a Washington que negocie ofreciendo a Pyongyang el fin de las maniobras militares entre EEUU y Corea del Sur en la región.

Pekín defiende la vuelta a las negociaciones de los Seis (las dos Coreas, Japón, Rusia, China y EEUU) interrumpidas desde 2009, con lo que reforzaría su influencia. Pero Trump y el régimen de Kim Jong-Un no parecen dispuestos a entablar ese diálogo. «Un diálogo sensato es imposible con un tipo que carece de juicio», declaró el general Rak-Gyom, comandante de las fuerzas balísticas norcoreanas. «Trump está llevando al situación al borde de una guerra nuclear», afirmó Pyongyang, que calificó a Trump de «odioso fanático de la guerra nuclear»

Por su parte, Trump, que ya había prometido «fuego e ira» a Corea del Norte, afirmó ayer que las «soluciones militares están listas para ser desplegadas» contra Pyongyang. Y asegura que China, principal socio económico de Corea del Norte, «puede hacer mucho más» para presionar a su vecino, a pesar de que el sábado pasado se unió al conjunto del Consejo de Seguridad de la ONU para adoptar nuevas sanciones contra Pyongyang.

Los expertos dudan de la eficacia de esas sanciones, y China, que recibe el 90% de las exportaciones norcoreanas, afirma que no interrumpirá los intercambios que supongan una ayuda «con fines humanitarios».

Más voces piden en Corea del Sur un arsenal nuclear propio

A medida que crece la disputa entre EEUU y Corea del Norte, se multiplican los llamamientos en Corea del Sur para que Seúl desarrolle su propio arsenal nuclear, una iniciativa que podría complicar aún más la situación.

Corea del Sur acoge en su suelo a unos 28.500 soldados estadounidenses desplegados para defender el país contra su vecino del norte. Seúl no tiene derecho a producir sus propias armas nucleares desde la firma en 1974 de un tratado sobre la energía atómica con Washington, que, a cambio, protege a los surcoreanos con su «paraguas nuclear».

Sin embargo, Pyongyang amenaza a menudo con transformar Seúl en un «mar de llamas», y crecen cada vez más las dudas sobre la voluntad real de Washington de defender a Corea del Sur. En los últimos tiempos, los medios encabezan una campaña para pedir a las autoridades que cambien de estrategia y los analistas creen que podría fabricar una bomba nuclear en apenas unos meses. «Ha llegado la hora de evaluar las armas nucleares», escribía ayer el “Korea Herald” en un editorial. «La confianza en el paraguas estadounidense puede tambalearse», advierte el periódico, que anima a EEUU a desplegar armas nucleares en el Sur si no quiere que Seúl desarrolle su propio arsenal. El año pasado, una encuesta señaló que cerca del 57% de los surcoreanos eran partidarios de contar con un arsenal nuclear propio, frente a un 31% que se oponía.GARA