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La covid deja 199.000 personas en exclusión severa en la CAV, según un informe de FOESSA

Según un estudio de FOESSA y Caritas, las consecuencias socioeconómicas de la pandemia sitúan en torno al 16,3% de la población en situación de exclusión social y aumentan las brechas de desigualdad. 115.000 hogares dependen de una persona que sufre inestabilidad laboral grave.

Manifestación en Bilbo en contra de la pobreza. (Marisol RAMÍREZ/FOKU)
Manifestación en Bilbo en contra de la pobreza. (Marisol RAMÍREZ/FOKU)

199.000 personas han quedado en situación de exclusión severa en la CAV como consecuencia de la pandemia del coronavirus, según los datos que se han dado a conocer en la presentación del informe ‘Exclusión y Desarrollo social en la CAV’ que ha desarrollado la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) y Caritas.

Según este estudio, las personas en situación de exclusión social representan en torno al 16,3% de la población. Desde la Fundación exponen que «preocupa» la población denominada ‘sociedad expulsada’, es decir, aquella que ocupa mayor número de problemas y que ha pasado de afectar a 20.000 personas en 2018 a más de 100.000 en 2021.

Por su parte, la crisis sanitaria ha aumentado la precariedad laboral alcanzando a 115.000 hogares que dependen de una persona que sufre inestabilidad laboral grave. Esto también ha dejado importantes consecuencias en la vivienda, ya que 39.000 familias viven en una vivienda insegura y 52.000 en una inadecuada. Además, la reducción de los ingresos ha provocado que 64.000 hogares sufran falta de acceso a medicamentos.

El informe ha sido desarrollado por 30 investigadores de 10 universidades que han llamado a más de 7,000 puertas en el territorio, recogiendo la información de 1.500 personas. Foessa y Caritas Bizkaia consideran necesario reimpulsar el modelo de estado de bienestar, impulsar la participación ciudadana, mejorar la cobertura de la RGI e implementar medidas que reduzcan la precariedad laboral.

Desigualdades económicas

Desde el inicio de la crisis de 2008 la diferencia entre la población con mas y menos ingresos ha aumentado más de un 18%, siendo los grupos más afectados las mujeres, las familias con menores a su cargo, los jóvenes y los migrantes. Toda esta fractura social tiene su origen en cinco grandes brechas: ingresos, género, origen, edad y tecnológica.

La brecha de género sigue presente, y la incidencia de la exclusión social en hogares sustentados por hombres es de un 15,5% frente a un 18,1% en los sustentados por mujeres. Asimismo, la tasa de exclusión entre la población de menos de 30 años es 1,5 veces superior a la media, y diez veces superior a la de la población mayor de 65 años.

Ser persona extranjera en la CAV es otro factor de exclusión. Casi 6 de cada 10 hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentra en situación de exclusión, lo que significa 5 veces más que los hogares encabezados por alguien nacido en el Estado.

Igualmente, la brecha digital desarrollada de especial manera en estos últimos años revela que afecta a 64.000 hogares, especialmente a los conformados solo por personas de 65 años y más.