Juan Mª Sánchez
Enfermero de urgencias

Accesos al Hospital de Urduliz: 17 resaltos en 4 kilómetros

El estudio “La repercusión de los resaltos en las emergencias sanitarias” es el resultado del análisis de las posibles afecciones de estos elementos viales en pacientes trasladadas en vehículos de emergencia.

Su autor, Mateo Lafragua, sufrió los efectos negativos de estos badenes en un traslado en ambulancia y ese fue el detonante que le impulsó a contactar con profesionales de todos aquellos sectores, desde sanitarios hasta el RACVN, que tuvieran algún tipo de relación con este tema. Ha tenido el mérito de concentrar en un estudio lo que muchos profesionales expresaban en diferentes foros de manera aislada.

El estudio está teniendo un gran eco en diferentes medios de comunicación, se está estudiando en las Diputaciones y, en el Parlamento Vasco, se trató en la comisión de Salud y consumo. Dicha comisión solicitó, mediante enmienda de transacción a una proposición no de ley, un informe que analizara la incidencia negativa de las medidas de calmado de tráfico instaladas en la CAV en relación con la prestación de asistencia por recursos de emergencia, con especial atención al traslado de pacientes. Informe que ha elaborado Emergencias de Osakidetza. En esta comisión todos los partidos políticos, sin excepción, mostraron su acuerdo con las conclusiones del estudio; con la importancia, la trascendencia y la gravedad del tema.

El informe elaborado por Emergencias de Osakidetza corrobora que el crecimiento del número de medidas de calmado puede comprometer la capacidad de los sistemas médicos de emergencias para dar respuesta en los tiempos requeridos.

La mayoría de las medidas de calmado de tráfico buscan una disminución de velocidad que genera una aceleración posterior una vez sobrepasada la medida. Estos cambios de inercias, motivadas por la deceleración-aceleración, producen cambios fisiológicos que son bien asumidos por la mayoría de los pacientes trasladados pero que, en el contexto de pacientes hemodinámicamente inestables, pueden generar complicaciones y agravamientos clínicos.

Pacientes trasladados con alguna lesión traumática (fracturas principalmente) presentan un aumento de dolor en el foco lesionado cuando se aborda el paso del elemento sobreelevado.

Dentro de las recomendaciones que Emergencias de Osakidetza hace en su informe está: Evitar la inclusión de medidas en las vías cercanas a hospitales, que son las empleadas de forma habitual  por las ambulancias para trasladar a pacientes.

Pues bien, si al hecho de que el acceso al hospital de Urduliz ya genera polémica por su total falta de planificación, añadimos lo que aquí tenemos, obtenemos un triste récord: En el acceso a este centro sanitario, desde la rotonda de Urko (Larrabasterra) y solo en un tramo de 4 kilómetros, hay nada menos que 17 resaltos de todo tipo. En contra de las recomendaciones que hace Emergencias de Osakidetza, y de la lógica más elemental, las ambulancias y los pacientes que acudan a las Urgencias del Hospital de Urduliz van a «sufrir» un resalto cada 230 metros.

Una ginkana de badenes, frenazos, botes, saltos y golpes que va a convertir el acceso al hospital en un suplicio para aquellas personas que se vean en la obligación de acudir a Urgencias.

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