Koldo Campos
Escritor

Altsasu, Mesa y los medios

Sobre lo sucedido en Altsasu, según la versión oficial que dieron por buena los grandes medios, el gobierno de Navarra y no pocos contertulios profesionales y políticos, llama la atención la magnitud de la agresión y la nimiedad de sus consecuencias. Se nos ha contado que medio centenar de violentos individuos agreden salvajemente, como es natural en gentes de su condición proetarra, a dos guardias civiles de paisano acompañados de sus esposas o novias, propinándoles toda clase de golpes: puñetazos, patadas...

Si a esto le sumamos que el linchamiento general (dice La Sexta) tuvo lugar a las 5 de la mañana y con los violentos, además, borrachos, cabe pensar en unas fatales consecuencias que, sin embargo, se quedaron en un tobillo roto y algunas magulladuras. De hecho, un día más tarde era dado de alta el único hospitalizado.

Bastaría hacer uso de eso que se llama cerebro para concluir que o se está exagerando el carácter de la agresión o se están minimizando las lesiones. O lo que es lo mismo, que o bien se trató de una bronca entre unos cuantos a las puertas de un bar en un pueblo en fiestas, o interesadamente se están tratando de ocultar los muertos.

Pero al margen de lo que se pueda deducir a tenor de la versión oficial, lo que en verdad me asombra es la credibilidad con que medios y políticos, sin interesarse por conocer otras versiones han aceptado la oficial, y ya no por lo verosímil que pudiera parecer sino porque su principal valedor, Arsenio Fernández de Mesa y Díaz del Río, director de la Guardia Civil, es un fabulador compulsivo.

Con independencia de que es parte interesada, que eso sería lo de menos, se trata de un contumaz mentiroso del que los medios tienen puntual conocimiento.

Según he leído en elplural.com, Mesa, natural de El Ferrol donde se desempeñó de joven como mamporrero de rojos y demócratas cuando formaba parte de centurias paramilitares falangistas y era conocido como «El Estirao», comenzó su carrera política arrimándose al Partido Popular. Tras desempeñarse como jardinero del ayuntamiento de su pueblo fue trepando posiciones siempre a favor del viento y asumiendo otras funciones y labores. Dadas sus aspiraciones y disconforme con su curriculum al que reprochaba escaso brillo, optó por blanquearlo convirtiéndose en funcionario de Estado cuando apenas había sido un oficial administrativo de segunda, o pasando por inspector técnico de una multinacional inglesa cuando cualquier otra persona se hubiera limitado a reseñar ser delegado de una empresa de pintura para barcos. También, cuenta elplural.com se hizo con varios master y diplomaturas con que falsear su expediente por unas cuantas horas de simples cursos. Suficientes argumentos para que de la mano de Rajoy se convirtiera en Delegado del Gobierno de Galicia. De su proverbial talento baste recordar cuando la catástrofe del Prestige y su vertido, una frase que quedó para la historia: “Hay una cifra clara y es que la cantidad que se ha vertido no se sabe”.

Mejor le fue organizando bodas donde destacó como gerente del enlace de Alvarez Cascos con Gema Ruiz que pagó, por cierto, el hoy en los tribunales Francisco Correa, cuya esposa entonces, Carmen Rodríguez, era muy amiga de la esposa de Cascos. La Gurtel por el medio.

Se consagró como fabulador cuando 15 emigrantes aparecían muertos en una playa de Ceuta y primero afirmó que no había sido en territorio nacional, lo cual no era verdad; después dijo que nada había tenido que ver la Guardia Civil, lo que fue negado por los sobrevivientes; a continuación aseguró que no se les había disparado botes de humo y pelotas de goma, lo que desmintieron las imágenes; y aún tuvo la desvergüenza de insistir en que se había disparado al agua para disuadir a quienes se ahogaban de que alcanzaran la playa, cuando siguieron apareciendo más vídeos y audios que negaban su artera versión y lo retrataban como un pertinaz mentiroso.

Y por ello mi asombro cuando este impenitente fabulador da su versión sobre lo ocurrido en un bar de Alsasua en los términos a los que aludía al inicio, y los grandes medios y unos cuantos políticos, como si no conocieran a quien les miente y su exhaustivo historial de mentiroso, se precipitan a juzgar unos hechos de los que tampoco se han interesado por conocer otras posibles versiones.

(Euskal presoak-Euskal Herrira)

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