Unai Gutierrez y Txelo Auzmendi
En nombre de los alcaldes y alcaldesas de EH Bildu en Araba

Araba también existe

A día de hoy, en este Territorio Histórico, nadie puede negar la existencia de dolorosos agravios comparativos entre la vida en la capital y el resto del herrialde. La macrocefalia gasteiztarra es evidente.

Incluso la Diputación ha creado todo un departamento alrededor del «equilibrio territorial» reconociendo este gran abismo. Reconocerlo, sí, pero no parece que se establezcan mecanismos reales de invertir esta situación. Y así lo aseguramos en vista de cómo se está gestando, por ejemplo, la reestructuración de los Servicios Sociales en Araba.

Los Servicios Sociales son un pilar fundamental del Estado de Bienestar, y la necesidad de fortalecerlos se convierte en exigencia en un herrialde con verdaderos problemas de despoblación y envejecimiento. Sin embargo, a la hora de abordar un asunto de primer orden como éste, la Diputación ha optado por el camino de siempre. Con el Ayuntamiento de Gasteiz se han creado cuantas mesas de negociación que han sido necesarias para hacer una labor exhaustiva y poder firmar, en plazo y forma la reestructuración de los servicios sociales. Al resto de ayuntamientos se nos ha impuesto, in extremis, una prórroga de 24 meses. Poco importa la inseguridad jurídica en la que se quedan estos ayuntamientos y los riesgos que ésta conlleva. Menos aún la discriminación en la que se queda la ciudadanía del Territorio Histórico frente a los y las que residen en la capital.
 
El pasado 26 de diciembre los Servicios Sociales se convertían de facto en un derecho subjetivo como son la Educación o la Sanidad, un derecho al que tiene que tener acceso toda la ciudadanía en igualdad de condiciones. Incluso se puede recurrir a los tribunales la no prestación de cualquiera de los derechos adquiridos por la ciudadanía en materia de servicios sociales. Sin embargo, si usted vive en cualquiera de las cuadrillas al margen de Gasteiz y lee esto, tiene que saber que muchos de los servicios que debería prestar su ayuntamiento no los va a encontrar en su entorno. ¿El motivo? Que, en todos estos años, 9 desde que se aprobara la Ley de Servicios Sociales, Diputación no ha tenido interés en desarrollarlos. Y ahora que se ha presentado el momento idóneo con la obligada reestructuración de los Servicios Sociales, estamos perdiendo la oportunidad.

Desde las alcaldías de EH Bildu venimos mostrando nuestra preocupación desde que se iniciaron los trabajos allá por febrero del pasado año. Hemos trabajado en positivo todo este tiempo, desde la responsabilidad, presentando propuestas y haciendo aportaciones que han sido rechazadas una y otra vez. Agotado el plazo del 26 de diciembre Diputación nos presenta un acuerdo para prorrogar la situación actual ¡24 meses más! Dos años en los que no podremos ni siquiera hablar de completar los Servicios Sociales de Base en nuestros ayuntamientos, ni crear recursos para nuestras vecinas en riesgo de exclusión y a los que ahora tenemos que trasladar de su entorno natural para que los atiendan en la capital, ni de tantas otras dolorosas ausencias.

Ante todos esos problemas ya evaluados y señalados desde EH Bildu, Diputación nos presenta, la primera semana de febrero, un cronograma de trabajo en el que se dan 6 meses para hacer un diagnóstico de la situación. Diputación también alega una supuesta incapacidad de los ayuntamientos por su reducida dimensión y justifica así mantener la situación actual. Frente a esta actitud derrotista e inmovilista, desde las Alcaldías representadas por EH Bildu hemos vuelto a realizar un ejercicio de responsabilidad y hemos elaborado una propuesta de gestión descentralizada, cercana, y sobre todo equilibrada para todo el Herrialde que contrastaremos con los y las profesionales, trabajadoras y usuarias. Queremos demostrar que otro modelo es posible y que, a pesar del interés propio de Diputación, la oferta de unos Servicios Sociales de mayor calidad sólo es posibles mediante una gestión más cercana a nuestros vecinos y vecinas. La clave está en la financiación, porque voluntad tenemos. Ahora sólo queda saber si Diputación recoge el guante y se pone a trabajar en serio y en beneficio de toda la ciudadanía de Araba. 

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