Fernando Mijangos
Director académico del titulo de postgrado denominado Gestión y tratamiento de residuos

Cambio climatico y basuras

Estoy siguiendo, con cierto detenimiento, las noticias que están saliendo en estas fechas acerca las conclusiones que han escrito y presentado el denominado Comité Intergubernamental para el Cambio Climático, IPCC en inglés. Las bases científicas de que el cambio climático y el efecto invernadero esta ocurriendo, y que esta ocurriendo a una velocidad mayor que los anteriores informes preveían, ha encendido todas las luces rojas en los sistemas económicos y políticos.

Para la próxima reunión que se  va celebrar en Paris en 2015 y que tiene como objeto el substituir el obsoleto protocolo de Kyoto, el comité científico ha escrito un breve resumen que titulan: Afirmaciones principales del resumen para responsables de políticas. Quizás la más rotunda de las afirmaciones sea la siguiente: “las emisiones continuas de gases de efecto invernadero causaran un mayor calentamiento y nuevos cambios en todos los componentes del sistema climático. Para contener el cambio climático, será necesario reducir de forma sustancial y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero”.

    Han quedado atrás, en el pasado, las teorías o los postulados que decían que eso del cambio climático era algo que no estaba bien probado, bien constatado, y que entre los científicos no todos compartían la misma opinión. Hoy en día esta plenamente asumido que es una realidad a la cual hay que enfrentarse; y los comités científicos están pidiendo a los responsable políticos, a los “hacedores” de políticas que tomen medidas para reducir sus emisiones. Hay un pequeño desencuentro entre  el mundo científico y la clase política.

El próximo 4 de diciembre el BC3, Basque Center for Climate Change,  ha organizado un  encuentro para que podamos debatir en torno a oportunidades y retos del mundo rural ante el cambio climático. Bien, en ese encuentro vamos a presentar una ponencia que aborda la problemática de la gestión y tratamiento de residuos sólidos urbanos. En nuestro estudio hemos estudiado las cuatro maneras que, hoy en día, usamos para gestionar y tratar nuestros residuos municipales.

Sin querer entrar en profundidades, si que podemos decir que los residuos se suelen llevar: o a vertederos controlados, o a incineración, o planta de tratamiento mecánico biológico, o a compostar. Pues bien, cuando uno contempla cual es la emisión de gases de efecto invernadero que se generan en las diferentes maneras de gestionar y tratar nuestros residuos municipales, es cuando nos damos cuenta de que los tratamientos no tienen el mismo coste de cara al cambio climático, al efecto invernadero.

Un informe que ha sido publicado con ayuda del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha estudiado precisamente este tema y dice que la cantidad de gases de efecto invernadero que se echa a la atmosfera por kilogramo de residuo orgánico tratado es el siguiente. Vertedero = 46,15; Incineracion = 34,39; Tratamiento Mecánico Biológico= 31,64; Compostaje recogida selectiva = 15,99;  Compostaje descentralizado = 0.

Es claro, a tenor de los datos que se aportan, que si los  realizadores de políticas estuvieran preocupados por el cambio climatico y por los acuerdos que se han ido firmando de adhesión a ellos, estarían favoreciendo todas las medidas que se toman y proponen para reducir la contribución de nuestros gases de efecto invernadero. Pero en el tema de gestión y tratamiento de basuras estamos ante una realidad que a mi me da que pensar: en Bizkaia, de las aproximadamente 600.000 toneladas de residuos que se generan anualmente solo se llevan a compostar el 0,6%; en Araba el 0,55% y en Gipuzkoa un 18,7%.

Creo que estos datos, aparte de decirnos que en Gipuzkoa se composta 30 veces más que en Bizkaia y en Araba, lo que nos viene a indicar es que si nuestros realizadores de políticas apostaran por una política de reducir las emisiones de efecto invernadero a la atmosfera, debieran de estar planificando una política de facilitar el que en los pueblos, barrios, ciudades se recoja el residuo orgánico por separado, una política de recogida selectiva de esta fracción de nuestro residuos, y una buena política de autocompostaje, compostaje comunitario, compostaje descentralizado.

En que en ello estaban pensaba yo, hasta que, de repente, vuelvo a leer en la prensa que los permisos de actuación que ha solicitado la Diputación Foral de Gipuzkoa no han sido admitidos por el Gobierno Vasco, y que por tanto, se pueden paralizar los diseños realizados para gestionar y tratar los residuos en Gipuzkoa. Para algo que parecía que estaba funcionando de acuerdo a la Comisión Intergubernamental para el Cambio climático, va y se paraliza, dejando que las políticas de incineración y de vertederos sigan adelante, precisamente las que más afectan al cambio climático.

En estas fechas que están saliendo a la luz, casi de manera permanente, los informes del IPCC, otros que nos dicen que Estados Unidos y China han logrado un acuerdo entre ambos los dos para llevar una propuesta a la cumbre de Paris, existe otro tema que también es casi tan persistente, y me refiero al tema de Cataluña. No quiero hablar de ello sino más bien de una frase que he podido leer en la prensa, y que por lo visto la ha pronunciado un político: no hay vida inteligente en la Moncloa.

Bilatu