Izaskun Goñi Razquin
Directora General de Política Económica, Empresarial y Trabajo del Gobierno de Navarra

Clústeres para potenciar la especialización inteligente

Dentro del marco de las Estrategias de Especialización Inteligente (S3 por sus siglas en inglés Smart Specialization Strategies), la Comisión Europea establece que «los clústeres son importantes como pieza angular tanto para el diseño de las S3 como para su implementación».

La lógica de la especialización inteligente y la política de clústeres es la misma: la constatación de que hay en determinados ámbitos geográficos concentraciones de recursos (empresas, instituciones, conocimiento) con un destacado desempeño competitivo, y la opción de trabajar sobre las fortalezas regionales.

El apoyo a los clústeres se considera un medio para paliar deficiencias en la competitividad derivadas de problemas de tamaño y coordinación, y alcanzar la masa crítica necesaria para determinados proyectos, sobre todo, de innovación e internacionalización. «Un clúster permite a cada miembro beneficiarse como si tuviese un tamaño mayor, o como si se hubiera unido a otros, sin tener que sacrificar su flexibilidad».

El gobierno entiende que un clúster es un ámbito idóneo de trabajo para que las empresas puedan afrontar de forma conjunta los retos estratégicos de sus negocios a medio plazo, facilitando la adaptación a los rápidos cambios en la demanda, y el surgimiento de nuevas actividades para la diversificación e hibridación sectorial.

La política de clústeres amplifica los resultados de la política de desarrollo empresarial. Las organizaciones clúster sirven para visibilizar la especialización de la región y, por tanto, la orientación estratégica de las políticas de su administración. En la otra dirección, sirven también para que el gobierno conozca de primera mano las necesidades estratégicas de un clúster, y así adaptar sus instrumentos de apoyo.

La convocatoria de ayudas a clústeres de Navarra

El Gobierno de Navarra lanzó por primera vez en el año 2016 un programa de apoyo dirigido específicamente a asociaciones clúster alineadas con la S3. Esta primera convocatoria permitió la creación de asociaciones en las áreas prioritarias, así como apoyar a otras preexistentes, reconocidas por el Ministerio como agrupaciones empresariales innovadoras (AEI).

El objetivo último de la convocatoria es la generación de proyectos que incrementen la competitividad a través de la colaboración entre empresas e instituciones que comparten un negocio o tecnología común. En este sentido la convocatoria de 2017, siguiendo recomendaciones de la Comisión Europea, orienta los recursos disponibles (que, dicho sea de paso, crecen un 48,8% sobre 2016) en las actividades más estratégicas e innovadoras de los clústeres, apoyando con una mayor intensidad las actuaciones con mayor impacto, y promoviendo de este modo la excelencia de las organizaciones.

La finalidad última de las ayudas, por tanto, no es financiar estructuras organizativas. Sin embargo, se mantiene un apoyo a clústeres incipientes dirigido a facilitar su consolidación a medio plazo, eso sí, dibujando una «estrategia de salida» como sugiere la Comisión. Así, el Gobierno estima que este carácter incipiente debe superarse tras tres años de percepción de ayudas por la organización, pasando el cuarto a ser apoyada a través de proyectos competitivos; a cambio, se solicita a la asociación un progresivo incremento de socios que permita ir cofinanciando su actividad con cuotas y otros recursos.

Es importante destacar que estas ayudas no van a subvencionar actuaciones financiadas por otros programas del Gobierno de Navarra, pero el Gobierno va a priorizar en el resto de ayudas las actuaciones derivadas de la actividad de los clústeres.

Por tanto, el programa se adapta a las necesidades que tienen los clústeres en función de su fase de desarrollo, y se coordina con el resto de instrumentos de desarrollo empresarial y tecnológico (ayudas a la internacionalización, inversión, I+D+i, emprendimiento, financiación etc.), así como el resto de servicios ofrecidos a través de Sodena para el apoyo y dinamización de estas figuras.

El proceso de consolidación de un clúster requiere un trabajo cuidadoso y acertado, donde encontrar los liderazgos adecuados y alinear los intereses de los socios es clave. El mayor activo de un clúster es la confianza. Por eso, aunque el Gobierno está decidido a acompañar, el liderazgo último de las iniciativas debe de ser de y para las empresas, lógicamente en diálogo con el sector público y del conocimiento.

En este sentido, quiero reconocer el trabajo que muchas personas están haciendo en la construcción de organizaciones clúster desde un liderazgo convencido, generoso y también diría que paciente, impulsando el desarrollo regional. Su recompensa debe venir de la mejora competitiva de sus empresas, afrontando entre todos los retos de la economía del mañana.

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