Niko Arbeloa

Debate sobre las necesidades ferroviarias de Navarra

Nos pedimos un debate real, serio, plural, informado. Se lo exigimos también al Gobierno de Navarra. Esto supondría un cambio. Y para eso necesitamos tiempo. Tampoco aquí nos sirve la alta velocidad

El próximo jueves día 22 cuatro organizaciones, con maneras diferentes y propias de oponerse al proyecto de construcción de un nuevo corredor ferroviario de alta velocidad, han convocado una concentración para expresar su disconformidad con este proyecto. Entre las que estaremos allí algunos pensamos y sentimos que hay razones de peso para parar este proyecto. Estas razones las han compartido durante años con nuestras vecinas y vecinos. Lo hemos hecho de las más diversas maneras: charlas, exposiciones, informes, manifestaciones, cartas, acciones judiciales, mediante el boca a boca, en paseos montañeros, charlando con nuestras compañeras, cocinando, conociéndonos. Mil maneras de denunciar este proyecto que consideramos innecesario y agresivo. Pero que, además, percibimos como un impulso a un tipo de mundo: ese en el que constructoras y partidos políticos deciden las infraestructuras. Un mundo que pretende conectar solo grandes ciudades, y no los pueblos. Para quienes sus afecciones son solo un peaje necesario en el sostenimiento de un modelo que se desmorona. Cambio climático, agotamiento acelerado de materiales terrestres, entre ellos los combustibles fósiles, globalización productiva, que a su vez, acelera estos procesos de agotamiento y contaminación. Una mundo insaciable.

Allí estaremos. Lo tenemos claro. Y lo que hemos ido viendo durante estos últimos años a raíz de la explosión de la burbuja inmobiliaria y constructora nos lo confirma.

Pero también sabemos que allí estarán quienes tienen serias dudas sobre este proyecto. Y sabemos que estarán quienes sospechan sobre la manera en la que se están tomando las decisiones. Recordemos algunos detalles. Este proyecto, que como un zombie hibernaba en los cajones tras la debacle financiera del Ministerio de Fomento y de ADIF, es el mismo que promovieron UPN y PSN en la época del poderío constructor, el crédito fácil y las connivencias políticas. Durante este año despierta con la disposición del Ministerio de Fomento a realizarlo. O al menos una parte. Muchos nos preguntamos cómo es que un ministerio que está cercano a la bancarrota, con una deuda de más de 40.000 millones de euros, propone retomarlo. ¿A cambio de los votos necesarios para aprobar los presupuestos, consiguió UPN resucitarlo o quizás fue el PNV?

Un deseo colectivo que impulsó el llamado «cambio» era la necesidad de tomar las decisiones relevantes de foma informada, participativa y meditada. Para esto pueden servir diversas herramientas: una ponencia parlamentaria sobre el modelo de movilidad, unos estudios técnicos serios e independientes, debates sociales en diferentes espacios... Maneras de tomar en consideración la postura de quienes se siente afectados por este proyecto. Considerando también las graves afecciones que sufren las tierras, paisajes y territorios por donde pasa pero también por donde no lo hace. Con el cambio de gobierno se exigía cambios en las formas de tomar las decisiones. Y el debate en torno al TAV era una ocasión para aprender a construir las maneras, actitudes y dispositivos que nos permitan pensar y debatir sobre una aspecto central de nuestras vidas como es el transporte motorizado: su papel social, sus afecciones, su necesidad a la hora de servir para el bien común. Pero no está siendo así. Ni de lejos. Ni su pálido reflejo. Las decisiones, como antes, se toman en los despachos, al albur de intereses partidistas. Manu Ayerdi, vicepresidente del gobierno, se reúne con el ministro de Fomento, Gómez de la Serna, y tratan de ponerse de acuerdo sobre las condiciones en que van a llevar a cabo este proyecto. El mismo que impulsaron los partidos de la oposición. Por eso apoyan.

Estaremos allí este jueves quienes creemos que estas formas de decidir son oscurantistas y empobrecedoras de la tan cacareada democracia. Quienes tenemos dudas sobre los beneficios que pueda traer el gasto de entre 1.000 millones y 4.000 millones de euros en esta infraestructuras. Quienes piensan que bien se podrían dedicar estos recursos a otras tareas como mejorar el trazado ferroviario actual. Quienes quieren poder seguir usando el tren que pasa por su pueblos. Quienes desconfían de que desarrollo sea siempre grandes obras que van dividiendo y degradando los lugares en donde vivimos.

Hay muchos quienes que dudamos seriamente de los posibles beneficios comunes de este proyecto. Muchas personas que percibimos cómo se lleva a cabo a nuestras espaldas. Y tantos otros que lo consideran como una pieza más de un mundo que adquiere las características de un muerto viviente.

Pero seamos muchas o pocas, nos muevan unas razones u otras, tengamos diferentes sensaciónes, existe una parte considerable de nuestros convecinos que exigen parar esta acelerada negociación: ¿por qué tanta prisa?

No nos fiamos sobre estas formas de tomar decisiones y hacer acuerdos cuando se trata de un proyecto de esta envergadura.

Allí estaremos. Esta vez convocadas y convocados por cuatro organizaciones. Allí nos tratarán de comunicar sus consideraciones, pero también intentarán escuchar las vuestras, las nuestras.

Nos pedimos un debate real, serio, plural, informado. Se lo exigimos también al Gobierno de Navarra. Esto supondría un cambio. Y para eso necesitamos tiempo. Tampoco aquí nos sirve la alta velocidad.

Tiempo aunque solo sea para pasear por los lugares que serían atravesados por esta barrera (barranco donde Marcilla. Tafalla, los valles de Olza e Iza).

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