Txuri Ollo
Antropóloga

Desde el Oriente ecuatoriano

Estamos en Aboquewira, Remolinos en Main Coca, idioma de la nacionalidad Siona, ubicada en la Amazonía Ecuatoriana y Colombiana. Comunidad que se asienta a las orillas del río Aguarico, afluente del Amazonas. 65 habitantes, 15 estudiantes en la escuela unitaria atendida por Hugo Payaguaje, uno de los tres licenciados de su nacionalidad en la parte ecuatoriana.

Me recuerda a mi pueblo, Goldaratz y a mis primeros años de escuela. También a Las Colinas de Yalí en la Nicaragua Nicaragüita de hace 30 años. Todos hablan «idioma» (así llaman al Main Coca) entre ellxs. Los mayorcitos también hablan español. Todos los libros están en este otro idioma de los conquistadores, solo un folleto referente a Sionas y algunas palabras en las paredes. Los contenidos son generales del Ecuador (con alguna mención a la parte Amazónica) quedan lejos de los saberes y de los intereses de estos niños que apenas han salido de su comunidad. Los apellidos como los euskaldunes hacen clara referencia a su origen.

En casa, en el río, entre las canoas son felices, alegres, corren, brincan, se suben a los altos árboles, agarrándose con los dedos de sus pies, juegan sin juguetes, observan a las hormigas, hablan de las cucarachas, de la pesca, de la caza. Se pasan la tarde comiendo de las frutas que tienen en su entorno: cocos, coquitos, papayas, guayabas, naranjas, guineos, cacao, guaba, chontas… ¡Ummmm! ¡Qué sabrosas!

Vienen encantados a las extraescolares. Dibujamos, cantamos, contamos cuentos una y otra vez… y en cuanto se empieza a hacer de noche se retiran a sus casas como las gallinas. El reloj está en el cuerpo y no en la muñeca. No hay electricidad, en un entorno donde la «riqueza» sale por un tubo (es el oro negro, el petróleo, que llegará hasta nuestras casas, hasta tu casa). Pero «aquí se nos mezquina la gasolina para las canoas» comenta Edermisa Yiyocuro. Los ríos están contaminados por el gran impacto, por las malas prácticas del extractivismo, «la explotación de materias prima no renovables tiende a desarrollar el subdesarrollo» escribe Alberto Acosta.

Una vida sencilla en medio de una naturaleza exuberante, pero estresada por los cambios a los que se ven obligadxs. De una economía de subsistencia donde imperaba la ley de la selva, a la ley de la selva del capitalismo salvaje, que es más peligroso y más destructor que cualquier otro animal salvaje, que la anaconda (Huañumi), que el tigre (yai). De unos saberes ancestrales a unos saberes ajenos, a unos no saberes. ¿Qué futuro les espera a estos niños sonrientes y vivarachos? ¿Qué oportunidades tendrán o no tendrán? Niños de 10, 11, 12 años escolarizados desde hace 6 u 8 años y que aún no saben leer. ¿Cómo competir en este entorno colonial?
Dicen que van a votar por Lasso (el Trump ecuatoriano) en las elecciones presidenciales del 2 de abril. Las actitudes de los pueblos se globalizan, igual que las de los políticos. Las revueltas populares indígenas que sacudieron al país desde inicios de los 90 desembocaron en la elección de Rafael Correa como presidente durante diez años. Hoy le niegan el apoyo por su hostilidad con los líderes del movimiento indígena, por sus groserías, por infantilizarlos, por ningunearlos, por las discrepancias sobre el control de los recursos naturales, por la violación de los derechos de la naturaleza contemplados en la Constitución. ¿Acaso es posible «creer» que habrá más oportunidades con el partido CREO (Creando Oportunidades) de Lasso? Lo que sí es cierto que la «otredad» de los indios e indias, de los pueblos originarios se alimentará culpabilizándolos del apoyo al derechista banquero millonario Guillermo Lasso.

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