Marta Abiega
Activista de Ongi Etorri Errefuxiatuak

Dramas humanos e inhumanos

Sr. Atutxa, su humanismo se retrata cuando define como un «drama» el de la industria vasca y no el de las personas expulsadas y obligadas a huir de sus territorios. Ninguna persona malvive en tiendas de campaña en las inmediaciones de un puerto resistiendo el frío, el calor, el acoso policial e intentando día tras día introducirse en un camión si no huye de algo.

El Parlamento Europeo avala por amplia mayoría un embargo armamentístico a Arabia Saudí para detener la escalada del conflicto en Yemen. La resolución ha sido aprobada el pasado jueves por la Eurocámara por 539 votos a favor, 13 en contra y 81 abstenciones. Dice el Sr. Atutxa, presidente de la autoridad portuaria de Bilbao, que «si el tráfico de armas es legal, nosotros no podemos impedirlo», y añade: «el muro no es una cuestión de refugiados ni de dramas humanitarios, el auténtico drama sería el de la industria vasca». ¿Se refiere a la armamentística?

Hay que agradecerle que nos aclare la ética de su partido, que no contento con exportar armas a Arabia Saudí, construye un muro para impedir que las personas migrantes y refugiadas accedan al puerto. El Sr. Atutxa, al menos, no nos habla de «armas de caza» como el Sr. Urkullu y eso es de agradecer.

Voy a hacer dos consideraciones. La primera. Dice el señor Atutxa: «mientras la exportación de armas sea legal, seguiremos exportando». La Comisión Europea ha avalado por amplia mayoría el embargo y varios organismos y ONGs acusan a Arabia Saudí de ataques indiscriminados a la población civil, así como de estar llevando a cabo un mortal bloqueo genocida. Al Sr. Atutxa, sin embargo, no le valen las recomendaciones, necesita ilegalizaciones. En educación a menudo evitamos hablar de prohibir, preferimos hablar de recomendar, para que el alumnado haga uso del libre albedrío, del análisis de conciencia y actúe en consecuencia, no le pase luego lo que al Sr. Atutxa, que no atiende más que a prohibiciones. Tiene, no obstante, el inconveniente de que hay que educar la conciencia y el libre albedrío. Cuando me recomiendan un libro, una película, un restaurante, tiendo a aceptar esa recomendación aunque, no lo niego, condicionada a la persona que me la hace. Parece ser que para el Sr. Atutxa ni las reiteradas recomendaciones de la Comisión Europea, ni las de las ONGs, son dignas de ser tomadas en cuenta. Además, ¿es Vd. igual de insumiso a las sugerencias que vienen del FMI o de Confebask cuando le hablan de competitividad y de ganancias económicas o cumple a rajatabla lo que le proponen?

La segunda consideración tiene que ver con el término inmigración ilegal, repetido hasta la saciedad en medios de comunicación afines a la ideología del Sr. Atutxa quien también hace uso de él. Las personas refugiadas y migrantes que no tienen regularizada su situación, son personas en situación irregular. Ninguna técnica de servicios sociales las definiría como ilegales, ya que no han cometido ninguna ilegalidad. Y precisamente porque no son ilegales, el Sr. Atutxa tiene que construir un muro para impedir su entrada, si fueran ilegales les metería directamente en la cárcel cosa que, de momento, no puede hacer. No obstante, alguna de estas personas ha sido encerrada en espera de su repatriación en un Centro de Internamiento de Extranjeros, una cárcel en toda la regla para quien se encuentra en situación irregular.

No puedo, sin embargo, rebatir, porque lo desconozco, lo que el Sr. Atutxa considera un «drama humanitario» ni «una cuestión de refugiados». Nosotras sabemos que hoy en el puerto de Bilbao, como antes en Calais, hay personas refugiadas intentando pasar en ferry a Reino Unido. También sabemos que la Unión Europea cierra sus fronteras al drama de millones de personas utilizando el sanguinario mecanismo de la externalización de esas mismas fronteras a países que maltratan y esclavizan como, por ejemplo, Marruecos o Libia.

Recientemente, en unas jornadas sobre trata de mujeres, una joven argumentaba que ya no existe la esclavitud. Me fascinó el ardor con el que lo afirmaba, aunque me pareció bastante ingenuo hacerlo precisamente en unas jornadas de trata. Pienso que esclavas no son únicamente esas personas privadas de derechos y libertad en Libia, la esclavitud es, a día de hoy, una tendencia clara e irrefrenable del mercado laboral, y de ella sólo se libran los tratantes de esclavos, esa clase tirana, dominante e insaciable que nos impone sus reglas.

Sr. Atutxa, su humanismo se retrata cuando define como un «drama» el de la industria vasca y no el de las personas expulsadas y obligadas a huir de sus territorios. Ninguna persona malvive en tiendas de campaña en las inmediaciones de un puerto resistiendo el frío, el calor, el acoso policial e intentando día tras día introducirse en un camión si no huye de algo. La escritora somalí Warsan Shire dice que «nadie abandona su tierra a menos que ésta sea la boca de un tiburón» ¿Lo haría Vd. Sr Atutxa? ¡Qué suerte tuvo, usted nunca necesitó hacerlo! Nació en Euskal Herria, no en Somalia, Siria o Sudán del Sur. Usted no se llama Mustapha, ni Mamadou, ni Mohamed, usted es Asier Atutxa. El lugar donde les nacen y el nivel social y económico con el que les nacen, son dos cuestiones que, si lo medita brevemente, marcan de manera radical los designios de las personas.

No se engañe, usted tiene más de Trump de lo que imagina. Él también garantiza la seguridad de las mercancías y las personas, pero sólo de las que, como usted, han nacido en el lado «bueno» del mundo. La humanidad es la capacidad para sentir afecto, comprensión y solidaridad, el auténtico drama es carecer de ella.

Bilatu