La prensa de peso de aquí ya llevaba dos décadas hablando de que las pensiones no podían mantenerse, de que era urgente que cada cual hiciera su propio plan privado para llegar tranquilos al retiro. Su amos estaban preparados para, por unos pocos euros en su plan de pensiones, pudiéramos tener una jubilación de oro.

Sus grandes lumbreras economistas sacaron del bolsillo cifras y cifras que probaban sus más negros augurios: estábamos ya en la etapa en que el número de gente que cobraba una pensión estaba multiplicándose en proporción geométrica. Aquella carga era ya insoportable.

Estamos ya en diciembre de 2016 y la misma prensa ha sacado como quien no tiene nada que decir que ya el Fondo de pensiones está tocando fondo: después de sacar el 1 de diciembre otros 9.500 millones de euros apenas quedan 15.000 millones.

Vamos a dar unos pocos datos: en el 2.009 había una reserva de 60.000 millones de euros; en el 2010, la reserva subía a 64.375 millones y al años siguiente tocaba techo con 66.815 millones. Se supone que en esos tres años, ya metidos en la crisis, «las personas viejas», a pesar de ir creciendo poco a poco en número, no suponían problema: la reserva ha ido subiendo.

Ahora bien, por qué a partir del año 2013 se han hecho muy importantes «retiradas» del Fondo: 11.648 millones, 15.300 millones, 13.250 millones y, para poner la guinda, en este años 19.200 millones.

¿Por qué no salen los expertos a explicar lo que su argumento del número de pensionistas no explicaba? ¿No será que el Fondo de pensiones está bajando de nivel porque no entra agua en la cisterna? Quizá es hora de que las personas que vivimos de una pensión dejemos de hacer el tonto confiando en gente que nos ha explotado cuando trabajábamos y nos torea ahora que somos mayores.

El Fondo se abastecía, como siempre, de la gente que trabajaba y aportaba una parte para las personas pensionistas. Ahora lo que entra es un hilo de agua: han mandado al paro a millones de personas, las personas que acceden al empleo lo hacen en precario y con sueldos irrisorios –para que las empresas puedan ser competitivas– y encima el gobierno para animar a los empresarios a hacer contratos, les liberan del pago de una parte de las prestaciones a la Seguridad Social.

Esto no es algo descubierto hace dos días. Las Plataformas de Pensionistas de Euskal Herria llevamos 8 años sacando este mensaje a la calle. Más de una vez se nos ha quedado alguien con cara de ¿qué me estás contando?