Fernando Madina
Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea, vocalista y bajista del grupo de rock Reincidentes.

El mapa político de Andalucía

Muy variadas y contradictorias son las conclusiones que nos deja el nuevo mapa político en Andalucía tras las elecciones del 22 de marzo.

Si empezamos desde abajo, llama la atención el bajón de Izquierda Unida, zarandeada por una formación más jóven y flexible como es Podemos, que en tan sólo año y medio logra 15 diputados, convirtiéndose en tercera fuerza política. Es cierto que tanto la ilusión de mucha gente por un cambio real, como las encuestas previas, inflaron los posibles resultados de esta formación, y ahora pueda dar la impresión de haber llegado a la orilla con menos botín del esperado. Pero son casi 600.000 votos de algo más de 3 millones y eso no es nada desdeñable en un mapa tradicionalmente tan bipartidista. En política nada se ha hecho en dos días, y Podemos debe crecer como herramienta de transformación, no solo como argumento electoral.

Otro hundimiento, y este de proporciones más severas, la del Partido Popular, que cae en picado y anuncia (aquí Andalucía sí puede ser laboratorio) una posible debacle en las elecciones autonómicas y generales de este mismo año. Le ha comido muchísimos votos una formación de derecha más ágil, más moderna, y exactamente igual de neo-liberal y por lo tanto oportunista. Ciudadanos podría, así, ser la llave para una gobernabilidad sin sobresaltos por parte del PSOE. La incógnita es el precio de ocho votos en el Parlamento.

De este último cabe destacar que aguanta el tipo, aunque el sistema electoral no debe tapar que baja un 4% y más de 100.000 votos, quedando a 8 escaños de la mayoría absoluta. Da la impresión de que los andaluces hemos gastado unos cuantos millones de euros para complacer a una Susana Díaz que nuevamente necesitará pactar, aunque sea ley a ley, con alguna de las fuerzas mencionadas. El voto cautivo de una historia subsidiada, una pirámide de población algo envejecida y miedosa («ya que van a robar, que roben los que conocemos») y la propia inercia política han obrado lo que algunos llaman milagro, ya que no desgasta demasiado a una formación política acosada por los casos de corrupción más escandalosos en la historia de nuestro país, y mantiene a Andalucía a la cola del empleo, la educación, la productividad, sin que la cuestión haya acabado ni mucho menos. La participación se antoja aún baja para lo que nos estamos jugando en estos tiempos, síntomas de la falta de confianza en la política, los políticos y el propio sistema de representación parlamentaria, tal y como está diseñado. Felicitar al ganador y recordarle que con esta legislatura ya se acercan muchísimo al récord del general Franco.

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