Diana Urrea e Iker Casanova
EH Bildu

El silencio de los cocodrilos

A lo largo de la pasada semana, el grupo de EH Bildu en el parlamento de Gasteiz ha tratado infructuosamente de que dicha cámara realizara una declaración institucional sobre los trágicos sucesos acaecidos en el mediterráneo en los últimos días y manifestara su solidaridad con las 800 personas fallecidas.

Hemos entregado a los demás grupos una propuesta de declaración institucional para posicionarse sin ambages y sin hipocresía sobre los luctuosos hechos que nos han conmovido estos días. No hemos recibido ninguna respuesta. Deben de considerarlo un tema menor. Por ello decidimos hacer pública nuestra declaración, ignorada por los demás grupos. Creemos que limitarse  lamentar lo sucedido sin reparar en sus causas y sin proponer soluciones invalida cualquier muestra de dolor que queda convertida en unas simples lágrimas de cocodrilo. Esta era nuestra propuesta de declaración institucional:

“En lo que va de año, al menos 1.600 personas han fallecido en aguas del mediterráneo, convertido en una de las mayores fosas comunes del mundo, con más de 20.000 muertes en los últimos 10 años. Esta última semana más de 1.000 personas han perdido la vida, la mayor parte de las ellas (800 según cifras del ACNUR) el pasado domingo. Es fundamental destacar una serie de aspectos que nos permiten conocer las causas de este genocidio migratorio en aguas del mediterráneo:

En primer lugar, es necesario poner de manifiesto la clara responsabilidad de la UE en estas muertes, ya que la huida de estas personas de sus lugares de origen está directamente relacionada con las políticas económicas, comerciales y militares de la UE hacia África, que han dejado sumergida a su población en una permanente crisis humanitaria.

No se puede olvidar tampoco el pasado colonial europeo en África que condujo al saqueo sistemático, la ruptura de las estructuras tradicionales del continente y una reorganización desequilibrada y arbitraria, además de una subordinación económica estructural, inducida y premeditada.

Las repetidas injerencias políticas y militares de la UE en África y Oriente Medio, amparadas en la excusa de actuar en defensa de la población local, generan o agravan situaciones de conflicto, provocando desplazamientos importantes de población. Estas personas, junto a las víctimas de conflictos endógenos, son potenciales solicitantes de asilo y deberían estar bajo el amparo de los tratados de protección internacional suscritos por los Estados miembro de la UE. Pero Europa les cierra las puertas y se ven abocadas a una emigración desesperada y precaria para terminar en muchos casos ahogados como “inmigrantes ilegales”.

Acusar a las mafias de estas muertes es una escandalosa elusión de sus responsabilidades por parte de los mandatarios de la UE, los mismos que han recortado ayudas y han desestabilizado países en África. Las mafias son una consecuencia y no la causa de las migraciones de población. Las causas reales son la pobreza, el hambre, la guerra y la falta de expectativas provocadas por un orden global económico y político injusto. Sin un cambio profundo de este orden, sin una democratización de la política y la economía global, la migración masiva seguirá siendo una realidad cada vez más fuerte.

En lugar de basarse en los Derechos Humanos y la superación de las injusticias y desequilibrios, las políticas de control migratorio de la UE están encaminadas hacia la restricción del acceso y regidas por el principio de la seguridad, algo que contraviene la legislación internacional y beneficia a las grandes empresas de seguridad y armamentísticas. Entre las prioridades políticas de la UE no está sin embargo la inversión en salvamento marítimo y las labores humanitarias, que han sido prácticamente abandonadas y que cuentan con menos recursos que en el pasado.

Es fundamental que Los Estados miembros y las instituciones europeas, cambien radicalmente sus políticas para frenar de manera inmediata este drama humanitario tanto en las aguas del Mediterráneo como en los Estados de origen. Esto pasa por:

–El reconocimiento de las responsabilidades de la UE en estas muertes por su actuación política, económica y militar; por el recorte de las ayudas al desarrollo y por la restricción de las operaciones de rescate marítimo.

–La modificación de las políticas citadas y la promoción de un amplio apoyo al desarrollo equilibrado de África y el bienestar de su población.

Mientras estas peticiones se llevan a cabo, hay que priorizar las labores de salvamento marítimo, en vez de seguir invirtiendo recursos en las agencias de seguridad. Además de diseñar una nueva política de visados, asilo y refugio que permita la libre circulación de las personas y la protección de los derechos humanos.

Por un mundo sin fronteras donde la solidaridad entre los pueblos y la ciudadanía universal sean los principios que nos rijan; hoy más que nunca, reivindicamos una Euskal Herria libre e internacionalista que sienta como propio el dolor de todas aquellas personas y pueblos que sufren pobreza e injusticia en cualquier parte del mundo.

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