Martin Zelaia Garcia
Fundación Sustrai Erakuntza

El silencio de los corderos. Cara y cruz de los compromisos del Gobierno de Navarra

El Gobierno foral dice haber diseñado una hoja de ruta para hacer frente al cambio climático y al compromiso firmado en París. Se compromete a reducir un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero de Navarra para el 2050, cogiendo como referencia las de 2010.

Así, reunió a administraciones públicas, empresas, personas expertas y ciudadanos y ciudadanas, para diseñar la hoja de ruta que haga frente a esta problemática en nuestra Comunidad, en una jornada denominada “Una nueva etapa frente al cambio climático”. Intervinieron, la Presidenta de Navarra, Uxue Barkos, junto con responsables de la consejería de Medio Ambiente. Y también Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social, Javier Martín-Vide catedrático de Geografía Física y Director del Instituto de investigación del Agua de la Universidad de Barcelona, Joseba Azkarraga Etxagibel, sociólogo, profesor e investigador de la UPV.

A lo largo de la jornada, después de todo el marketing que hemos padecido estos años, quedó claro que Navarra presenta suspenso en emisiones contaminantes, ya que queda lejos de cumplir ni siquiera los mínimos comprometidos y firmados en Kyoto. Si estamos lejos de cumplir el protocolo de Kyoto, más lejos estamos aún de cumplir el nuevo compromiso firmado en París.

Ese mismo día, en la Cendea de Oltza primero y en Tafalla después, intervino Mariano Gonzalez Tejada, ingeniero de Obras Públicas en la especialidad de Transporte, licenciado en Ciencias Ambientales y master en Movilidad Sostenible por la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Rey Juan Carlos.

En este caso, sin marketing, se habló con claridad sobre las razones de raíz por las cuales Navarra y en general el Estado, ha incumplido sus compromisos y volverá a incumplirlos si nadie hace nada diferente a lo realizado en las últimas décadas. Así, en la conferencia quedó claro que dentro de esta hoja de ruta, sí o sí, debe aparecer la planificación del transporte como eje matriz para poder plantear algún cambio significativo en los resultados. Y para poder planificar un transporte sostenible es necesaria una correcta planificación del ferrocarril.

Quedó clara la política de privatizaciones que se ha desarrollado en el sector ferroviario, eliminando 52.000 puestos de trabajo en los últimos 40 años. Que en el ferrocarril de cercanías y mercancías se han invertido 1.400 millones de euros, mientras que para el Tren de Alta Velocidad (TAV) o Altas Prestaciones (TAP) se han derrochado 50.000 millones de euros en los últimos 30 años. Este derroche económico ha hecho que en los últimos 20 años se haya perdido el 60% del tráfico ferroviario de mercancías. Es decir se ha impulsado justamente lo contrario de lo que se ha dicho a través del marketing. Tampoco es casualidad que los dos mayores casos de corrupción (Bárcenas y Púnica) hayan viajado en TAV-TAP.

Pero además por si fuera poco, España es el Estado europeo con más kilómetros de TAV y autovías, en general con más infraestructuras de transporte, por si a alguien le quedan ganas de seguir mintiendo con la idea de que en Navarra estamos aislados.

Quedó clara que una de las claves para el futuro es aparcar los viejos proyectos caducos y especulativos vinculados al TAV-TAP y apostar por vertebrar el territorio con el tren, apostando por las cercanías y por las mercancías. Mejorar estos servicios todo lo necesario, pero aprovechando al máximo las infraestructuras actualmente existentes.

No hubo dudas de que los navarros y navarras sabemos perfectamente de qué va eso de las altas prestaciones. De hecho ya tenemos un pabellón deportivo de altas prestaciones “Navarra Arena” vacío, tenemos un circuito de carreras de altas prestaciones en Los Arcos también vacío, un aeropuerto vacío en Noain, un auditorio en Javier también vacío, tenemos una caja de ahorros de altas prestaciones desaparecida… En definitiva, Navarra es «Tierra de Contrastes» y también de «Altas Prestaciones».

Sin embargo en la cruz de todo esto y alejado del marketing aparece el Gobierno de Navarra. Por un lado parece que ha optado por paralizar temporalmente las obras en el tramo del TAV-TAP entre Castejón y la Comarca de Pamplona para hacer algo diferente a los predecesores. Sin embargo, también parece que apuesta por seguir con el mismo proyecto, pero ahora en la zona de Etxabakoitz construyendo una nueva estación para el TAP (la antigua estación del TAV). Un desarrollo urbanístico en la zona entre Pamplona-Iruña y Zizur de 11.000 viviendas, que intenta dar liquidez económica a quienes compraron los terrenos hace ya más de una década.

Es decir, tenemos una parte del Gobierno firmando en París una reducción del 80% de las emisiones y una parte del Gobierno firmando en Navarra su intención de aumentarlas vía construcción del Tren de Altas Prestaciones (TAV) y su nueva estación. ¿Se han calculado las emisiones que se van a añadir como consecuencia de su construcción y su uso? ¿Es esta la máxima prioridad de inversión en Navarra? ¿Qué informes técnicos previos avalan esta decisión? ¿Hay realizada una planificación de movilidad en Navarra? o al menos ¿hay una planificación de mejora del ferrocarril en Navarra? o ¿son puras decisiones a base de talonario? Preguntas y más preguntas sin respuesta…

La situación económica actual, en crisis desde el 2008, nos había hecho pensar que los tiempos de la especulación económica con el cemento eran cosa del pasado. Que habíamos aprendido algo de todo lo sucedido, y que de alguna manera de ahora en adelante las posibles necesidades y demandas de esta sociedad se intentarían cubrir con más sentido común utilizando alternativas más inteligentes y eficaces.

Sin embargo, en este proyecto de Etxabakoitz, o en el de Aroztegia en Baztan, se vuelve a lo de siempre: se propone la construcción a bombo y platillo de algo no demandado por la sociedad como herramienta para solucionar los problemas reales que sí tiene la sociedad, y que además casualmente algunos de ellos son precisamente consecuencia de este modelo especulativo.

La estación y su burbuja especulativa en Etxabakoitz es un derroche económico dañino para la sociedad navarra, y además destructora del medio ambiente de la comunidad. Es dañina para la economía porque supone un dispendio económico innecesario, dado que no añade ningún beneficio cualitativo a la red de transportes. Tras la adaptación de las vías actuales con una inversión mínima, estas podrán absorber todas las necesidades de desplazamiento de pasajeros y pasajeras y mercancías, tanto en ancho convencional como en ancho internacional. Y todo ello con un gasto mucho más pequeño.

El proyecto de Tren de Altas Prestaciones (TAV-TAP), bien sea el tramo Zuasti-Y Vasca, o bien sea la eliminación del bucle ferroviario en la comarca de Pamplona con su estación en Etxabakoitz, está obsoleto. La propuesta técnica, los planos y en general la definición de este proyecto tiene más de veinte años.

Le pueden cambiar el nombre o pueden utilizar los eufemismos que quieran, pero insistimos que no se ha movido una coma del proyecto original defendido por UPN-PSN. Esto no soluciona nada relativo a lo que se ha comprometido en París, o a lo relativo a los múltiples problemas reales que tiene esta sociedad. Muy al contrario agranda y aumenta la problemática que ya tenemos.

No podemos asumir que se insista con la misma idea vieja y caduca. En Navarra no tenemos ni siquiera una planificación de movilidad y transporte que sirva como guión para tomar las decisiones, para definir qué modelo realmente necesitamos.

El Tren de Altas Prestaciones (TAV-TAP) es un modelo de transporte altamente despilfarrador de energía y materias primas, tanto en la construcción de la nueva plataforma como en su propio uso. Su consumo energético es muy elevado, mayor que el del tren convencional. De este modo, su desarrollo sirve de base para justificar el mantenimiento de la ilegal central térmica de Castejón, y esta a su vez para justificar la impactante línea de alta tensión de 400.000v que pretenden construir.

Por todo este conjunto de motivos, es necesario demostrar inteligencia y eficacia apoyando la opción de mejorar, todo lo necesario, la actual vía ferroviaria en toda Navarra, y oponerse contundentemente a la construcción de cualquier trozo del viejo y caduco proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAP), se ejecute en Tafalla o se ejecute en Etxabakoitz camino a la Cendea de Oltza.

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