Joseba Mikel Garmendia, Maria Eugenia Ijurra, Juan Cruz Bengoetxea y 23 vecinos más
Vecinos de Sakana

En Sakana es la hora del Gobierno de Navarra

Otoño del 2011. Entre los reunidos en la Mesa de Crisis de Sakana nadie imaginaba que en tres años hubiésemos cimentado las bases para una estrategia de desarrollo. Empujados por el fuerte incremento del desempleo en nuestra comarca (en el periodo 2008-2013 el desempleo subió de 608 a 2008 personas y la tasa de paro del 7% al 26%) y a invitación de la asociación Abian, en esta mesa se sentaron, entre otros, todos los partidos políticos, la mayoría de sindicatos y la Asociación de Empresarios de Sakana, y acordaron una hoja de ruta que recogía seis puntos. Tres líneas de actuación correspondían a los agentes de la comarca (definir un plan estratégico, crear una entidad comarcal para el desarrollo e impulsar plataformas sociales para el emprendimiento), y los otros tres a las Instituciones Navarras (declarar Zona de Urgente Reindustrialización, generar marcos estables de colaboración y sostener presupuestariamente el proceso que se viene construyendo en Sakana).

Las tres tareas asignadas a los agentes comarcales ya se han materializado. Durante el año 2012 nació la red Sakantzen Sarea con el objetivo de impulsar el emprendimiento y el desarrollo, y la Mancomunidad puso en marcha la Agencia de Desarrollo de Sakana (ADS). Como centro para la reflexión de los agentes sociales, políticos, sindicales, empresariales e institucionales de la zona, en 2013 se conformó el Observatorio Socioeconómico de Sakana; en dicha reunión se decidió la elaboración de un Plan Estratégico, y se definieron las prioridades, metodología y grupos de trabajo. Fruto del desempeño de más de 60 personas experimentadas y las aportaciones recogidas en el proceso participativo, en la primavera de 2014 se presentó el Plan Estratégico Sakana2020. Este Plan recoge 13 ejes estratégicos, 54 líneas de intervención y 160 acciones en los ámbitos de industria, energía, turismo, comercio, enseñanza y agroalimentación. Además define un modelo de gobernanza para articular eficientemente la colaboración entre diversos agentes. Este plan estratégico ha alcanzado el mayor consenso habido nunca en Sakana, ya que ha sido aprobado por Aralar, Bildu, Geroa Bai, I-E, PSN, PP, UPN y candidaturas independientes en las diferentes corporaciones.

Muchas de estas acciones ya están en marcha. Sirvan como ejemplo: el Centro para el desarrollo Utzugane; la formación de la Asociación de Comerciantes de Sakana y la Asociación de turismo; la ronda de entrevistas individualizadas a empresas para conocer las necesidades, situación innovadora, eficiencia energética…; acompañamiento a empresas energéticas; estudio sobre potencialidades comarcales en las energías renovables (biomasa, energía hidráulica y eólica) ; estudio sobre eficiencia energética de infraestructuras municipales; en el ámbito turístico, el centro de interpretación sobre la construcción de barcos, el parque ‘Enneco, La Memoria del Roble’ y las empresas de nueva creación; recuperación de las ferias en los pueblos; investigación en torno a la madera; el programa SNEINN y similares para impulsar el emprendimiento; la recuperación del Camino de Santiago primigenio; o las múltiples acciones formativas. Esta dinámica de trabajo tiene dos motores principales: la Agencia de Desarrollo de Sakana y Cederna-Garalur, y en esta experiencia se están tejiendo implicaciones de numerosos agentes y voluntarias con una alta densidad relacional basada en la confianza, la colaboración, los acuerdos y la creación de sinergias.

El esfuerzo que hemos realizado en los últimos tres años ha sido notable. Difícilmente habríamos considerado que en tan poco tiempo llegaríamos a poner en marcha una experiencia para el desarrollo y erigir los pilares para su implementación. No obstante, todo ello es insuficiente. Porque para avanzar más lejos, más hondo y más rápido se precisan recursos y la implicación del Gobierno de Navarra.

Se debe subrayar que las instituciones que impulsan esta dinámica, Mancomunidad y Ayuntamientos, legalmente no disponen de competencias propias en el ámbito de la promoción económica (salvo en turismo y competencias de segundo orden concernientes al sector agropecuario) y por tanto, tampoco cuentan con recursos adjudicados a tal fin. Hoy día muchos ayuntamientos de la comarca están ahogados financieramente, y aun así han destinado 165.000 euros a esta estrategia de desarrollo, con los que se sostiene la contratación de cuatro agentes de desarrollo comarcal.

No es suficiente, si lo comparamos con otras experiencias de desarrollo de nuestro entorno. El Consorcio de Desarrollo de la Zona Media, con 11 trabajadores, dispone de un presupuesto de 1.203.302 € para este año, de los cuales los ayuntamientos aportan 115.381 €. La Agencia de Desarrollo del Alto Urola, con 8 trabajadores, tiene un presupuesto de 857.430 € para este año y la aportación de los ayuntamientos asciende a 208.000 €. La agencia de desarrollo de Goierri, GOIEKI, con 12 trabajadores, cuenta con 1.200.000 € y la aportación de los ayuntamientos se sitúa alrededor de 400.000 €. Queda claro que aquellas comarcas que han asumido la responsabilidad de impulsar su propio desarrollo económico, obtienen la mayor parte de su financiación desde las administraciones autonómicas o forales, no de los Ayuntamientos. Ello hace que la implicación del Gobierno de Navarra sea imprescindible.

La necesidad de esta implicación estaba prevista en el acuerdo de la Mesa de Crisis de 2011. Literalmente se solicitaba lo siguiente: «Colaboración estable entre el Gobierno de Navarra, la mancomunidad comarcal y, una vez creada, la entidad para el desarrollo económico y social del valle. Plasmación de dicha colaboración mediante un convenio o mediante un Plan específico para el valle, similar al Plan Estratégico de Desarrollo del Pirineo». Esto mismo es lo que a la sociedad y todos los agentes de Sakana nos toca solicitar, por la grave situación que padecemos, porque hemos construido la arquitectura necesaria para el éxito y porque las competencias y los recursos están en manos del Gobierno de Navarra.

Valgan como referencias de medición estos dos ejemplos: para la Ciudad Agroalimentaria de Tudela se presupuestaron 120 millones; y para el Plan de Desarrollo del Pirineo, el Gobierno de Navarra destinó 336 millones de euros entre los años 2007 y 2010. En Sakana, menos del 10% de esa cantidad, es decir, 20-30 millones de euros a lo largo de los próximos seis años, sería suficiente para realizar un trabajo eficiente y fructífero. Somos ciudadanos y ciudadanas navarras, padecemos una situación crónica y muy grave, y necesitamos el apoyo de las Instituciones Forales. El Parlamento de Navarra de manera unánime recientemente ha apoyado el proceso de desarrollo que estamos implementando y ha solicitado a implicación del Gobierno de Navarra. Por otra parte, la Mancomunidad y los Ayuntamientos del Valle han solicitado negociar con el Gobierno. Como fórmula eficaz para dicha implicación pensamos que debería acordarse un convenio singular o un Plan específico de Desarrollo para Sakana. Nosotros hemos hecho nuestro trabajo y hemos demostrado nuestro compromiso. Ahora es el turno del Gobierno de Navarra.

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