Fede García
SOS Racismo Araba

Esos... jóvenes kurdos

Tres refugiados kurdo-iraquíes han sido depositados recientemente en Hernani por la mano del destino en forma de anticipo involuntario sobre la anunciada llegada por etapas de, otros mil refugiados y refugiadas más o menos al País Vasco.

Las aireadas y publicitadas informaciones de las Disponibilidades de Buena Voluntad de Acogida de dichas personas, por parte de las tramas solidarias vascas, derivadas del oportuno mano a mano entre las instituciones gubernamentales y locales de todo color, que se han materializado  en formas muy poco frecuentes en estos tiempos: las llamadas Comisiones Interdepartamentales de los Gobiernos, Ayuntamientos, más determinadas entidades sociales, Cruz Roja, Acnur, CEAR, etc. cuyo fin por el momento ha sido el de llevar a cabo una especie de anuario de las capacidades de acogida.

¿Es esto suficiente? Nos parece que no. Y ello por las razones, entre otras muchas posibles, que pasamos a exponer:

Primera: La llegada imprevista pero previsible de estos tres ciudadanos demuestra lo que supone de entrada el acceso irregular al país: que se les abra el preceptivo Expediente Administrativo con Propuesta de Expulsión por carecer de visado, en aplicación de la Ley de Extranjería y su Reglamento. Si en este supuesto, un juez lo ordena, deberán de ser trasladados a un Centro de Internamiento para Extranjeros –el más próximo está en Madrid– donde podrán permanecer hasta 60 días como máximo, a expensas de poder ser devueltos a su país de origen, si existiera el oportuno convenio de devolución entre el país de procedencia ¿Siria-Irak, tienen convenio? No. Por ello, en aplicación de la Directiva Europea de Retorno (directiva de la vergüenza) podrán permanecer en el centro más cercano hasta año y medio, dado que serán inexpulsables.

Segunda: El acogimiento temporal en donde corresponda, o donde se les asigne, no resuelve el problema ni en la forma, ni en el fondo, respecto de su futuro. Tampoco resuelve su legalización que valide, en todo caso, su estancia y permanencia. Por el momento, han sido identificados por la Ertzaintza, que se ha limitado a las comprobaciones pertinentes con la ley en la mano y los han trasladado a la Comisaría de Extranjería local. Misión cumplida de modo aséptico y legal. Otras instituciones se han excusado alegando que carecen de competencias eludiendo cualquier responsabilidad y compromiso. No les toca. Simplemente se justifican porque, al menos, sí que se les da cobijo en lo inmediato a través de la Nueva Red de Apoyo Voluntario Concertado. Es lo menos que se puede hacer, al parecer, eso dicen.

Tercero: La Subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa podría haber accedido a conceder una simple Autorización Temporal de Residencia por motivos bien conocidos, por supuesto «de oficio», dada la declarada voluntad de Gobierno central de asumir unas decenas de miles de refugiados y refugiadas por etapas. Como aún no se ha determinado cuántos, de dónde, quiénes, y en qué momento serán acogidos, se mantiene a estos tres jóvenes refugiados con una flamante comunicación con propuesta de expulsión en la mano y en paz.

Cuarto: Por otra parte, llama la atención la excepcional celeridad administrativa aplicada en resolver la legalización del Sr. refugiado –sirio también– e hijos, que fue zancadilleado en su larga marcha hacia Alemania, por una periodista en éxtasis antirefugiados, y que ha supuesto, que dicho  Sr. refugiado haya sido trasladado, recibido, contratado, asentado, legalizado y documentado en nueve días por la Autoridad Competente. Un aplauso, salvo en el hecho, de que como dice el refrán común, es casi la excepción necesaria que justifica la regla inversa que se aplicará con respecto del resto de refugiados y refugiadas, por el momento al menos. Por el contrario, los tres jóvenes de Hernani, no han sido precisamente ungidos por la mano del Ministerio del Interior español, salvo para ponerlos en la lista de espera de su más que probable, pero imposible, expulsión-devolución.

Quinta: Sucede habitualmente lo mismo en las vallas alambradas del sur. Se devuelve a los inmigrantes/refugiados y a otra cosa. Los que logran pasar serán en su momento identificados y se les abrirá el Expediente de Expulsión preceptivo, por no tener papeles en regla y estar en situación de estancia irregular. Esta es la situación a grandes rasgos.

Por otra parte, no es menos cierto que la presencia de los refugiados es un hecho y una realidad objetiva que es pública. Dicha realidad es testaruda y hay que afrontarla sin complejos, dado que los problemas reales no esperan jamás, a pesar de que las reacciones políticas gubernamentales europeas y locales en general se limitan a despilfarrar, día a día, el caudal solidario de libre disposición de una ciudadanía dispuesta a primera vista a asumir parte de su cuota de responsabilidad civil-humanitaria, sin que los demás se den casi ni por aludidos al menos por el momento.

Añadamos a ello que, teniendo en cuenta la máxima nada original de que los problemas sociales, políticos o de cualquier otra naturaleza no son propiedad de nadie, pero sí son responsabilidad de todos, habrá que intentar ser consecuentes, desde el último vecino hasta los máximos titulares provisionales de los Gobiernos e instituciones en sus distintas versiones. Deseamos, en todo caso, que cada cual asuma su parte de responsabilidad.

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