Iñaki Urkijo, Ioana Iñiguez, Judit Garcia, Mikel Lasarte, Ramón Roa y Tasio Erkizia
Participantes y representantes de diferentes colectivos implicados en dinámicas de grupos de consumo

Grupos de consumo alimentario de Euskal Herria en el Parlamento europeo

Es cada vez más evidente la necesidad de impulsar un debate de país, sobre las consecuencias del modelo alimentario actual y crear alternativas mediante sistemas alimentarios locales.

Durante los días ocho y nueve de noviembre hemos participado en las jornadas sobre economía social y solidaria organizadas en Bruselas por el euro grupo parlamentario GUE-NGL. Un grupo de productores, productoras y activistas de diferentes herrialdes invitados por EH Bildu hemos tenido la oportunidad de llevar hasta Bruselas los grupos de consumo de Euskal Herria.

Un aspecto muy interesante de estos proyectos es que son horizontales, comunitarios y que se pueden reproducir en cualquier lugar del mundo, de hecho hay dinámicas de grupos de consumo en los cinco continentes.

En el caso de Euskal Herria, los grupos de consumo más allá del discurso teórico y las buenas intenciones, suponen una dinámica efectiva que aglutina a varios miles de familias y a cerca de 200 productores.

Vivimos en una era en la que el sistema alimentario neoliberal ha convertido la alimentación en mercancía y constituye un gran negocio a nivel mundial, donde pocas multinacionales tienen el control.

La Política Agraria Común europea, que en un principio tuvo como objetivo paliar la escasez alimentaria, hoy en día se ha convertido en un sistema basado en la explotación que ha promovido la reconversión del sector agroalimentario europeo eliminando el pequeño caserío diversificado. La pérdida de puestos de trabajo es continua y el modelo productivo es cada vez más industrial, generando graves problemas medioambientales e injusticias sociales. No se garantiza la rentabilidad económica y en el caso de EH, la agricultura y la ganadería están en mínimos históricos.

Este modelo ha provocado además, la deslegitimación social de la agricultura y la banalización de nuestra alimentación.

En esta situación es cada vez más evidente la necesidad de impulsar un debate de país, sobre las consecuencias del modelo alimentario actual y crear alternativas mediante sistemas alimentarios locales.

Entre los objetivos de los grupos de consumo están el presentar la soberanía alimentaria y la agroecológica como alternativa real frente al modelo alimentario industrial generador de desajustes económicos, sociales y medioambientales.

Un aspecto clave es garantizar con transparencia, la calidad nutritiva, ética y medioambiental de los alimentos producidos, creando espacios de relación directa y justa entre agricultores y agricultoras, y el resto de la ciudadanía. Los grupos de consumo inciden a su vez, en modelos de producción más autónomos, diversificados y ecológicos, con alimentos de calidad y de temporada, dando oportunidades reales a la instalación de jóvenes. Mediante la planificación se garantiza la viabilidad económica y se busca encaje cultural de la producción de alimentos. Los grupos de consumo no son sólo un modelo más justo de venta de alimento, donde los productores reciben un precio mas digno, sino que además, impulsan un modelo de producción alimentario sostenible desde un planteamiento integral, donde la ciudadanía, trabajadoras, jubilados, jóvenes etc. tienen acceso a alimentos de calidad contrastada.

En todos los grupos se ofrecen verduras diversas de temporada, la oferta se suele complementar además, con los alimentos de otras campesinas del entorno: pan, huevos, lácteos, miel, fruta, carne etc.

La concienciación y la politización de la alimentación es otra de las funciones que desarrollan estos grupos, este trabajo es fundamental y son habituales otro tipo de actividades, como talleres, charlas o visitas a los caseríos en los que se trabaja la concienciación y la información, acercando el punto de vista urbano a la realidad rural y al modelo de producción agroecológico. Es importante además, crear sinergias con modelos que nacen por iniciativa del consumo, dando pie al desarrollo de nuevos proyectos. En este sentido además de los grupos de consumo, están las cooperativas de consumo y otros proyectos similares que están proliferando sobre todo en ciudades y pueblos más grandes, con gran participación popular, varios miles de personas, y que comparten muchos de los objetivos de los grupos de consumo.

En Bruselas, hemos hecho también un llamamiento a las instituciones tanto a nivel territorial como local, para que pongan en marcha políticas de acceso a tierra, de no obstaculización en normativa sanitaria, de impulso a la agricultura ecológica, de promoción de canales cortos de comercialización, con políticas transversales en educación, medio ambiente, ordenación territorial, etc.

Hemos constatado que en esta tierra tenemos un gran potencial en torno a estas dinámicas y que éste es un momento clave. Por eso es importante afianzar las bases ideológicas de forma efectiva hacia la soberanía alimentaria. La producción alimentaria no puede ser sólo responsabilidad de los productores y las productoras. En este sentido creemos que un sistema alimentario más justo, es condición indispensable para el desarrollo de una sociedad más justa. Pensamos por lo tanto, que todas personas que queremos una sociedad más justa deberíamos implicarnos en la defensa de la soberanía alimentaria tanto fuera como dentro de Euskal Herria.

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