José Luis Úriz Iglesias
Afiliado al PSC viviendo en Navarra

Listas del PSOE: inclusiones y exclusiones

Llega el momento de la verdad en los partidos políticos; el instante de la elaboración de las listas. Mientras la democracia real no llegue a ellos funciona la regla del dedo divino, el que marca quien va y quien no va, quién participará del devenir en el Parlamento o Senado del Estado y quién no.

Ya tenemos la fecha mágica, el 20 de diciembre, ahora las maquinarias burocráticas se ponen en funcionamiento para decidir los privilegiados y privilegiadas que irán en esas listas. No lo hacen por decisión democrática de sus hipotéticos votantes, tampoco de sus afiliados y afiliadas y mucho menos con criterios de cualidades, de eficacia en su trabajo, e incluso olvidan la vieja reivindicación del límite de mandatos. Eso queda para engatusar a la militancia en Congresos que hay que ganar.

Ahora solo cuenta la decisión del líder, o de sus acólitos que deciden sin criterios objetivos sino puramente subjetivos aquellas personas que pueden ser más fieles, ni siquiera leales, aquellas que existe garantía de que aceptarán con absoluto sometimiento el dictamen de “los de arriba”.

En el PSOE toca ahora ese proceso poco edificante. Tiempo de búsqueda de falsos mirlos blancos fuera mientras se desprecia lo valioso que se tiene dentro. Mirlos que casi siempre acaban defraudando, saliéndote rana. ¿Por qué? La respuesta es evidente, porque quienes diseñan esos fichajes estrella entienden, que el hecho de serlo garantiza un agradecimiento y como consecuencia una fidelidad máxima. Error, grave error como ya demostró el mismísimo Baltasar Garzón que habría que denominar “el breve”.

Ahora les toca a la excomandante Zaida Cantera el fichaje estrella de este año y al repescado Eduardo Madina uno de los contrincantes de Pedro Sánchez en las primarias del pasado años. Lo de la excomandante es de traca y ha generado enfado e incluso indignación en una militancia cada vez más cansada de esas cacicadas.

Repescan a Madina porque saben que no supone ningún problema sea cual sea el diseño de futuro, que se adaptará camaleónicamente a cualquier rumbo que marque la dirección actual. Pero en cambio parece que dejarán en la cuneta al otro competidor, el que sorprendentemente consiguió el 15 de los votos de la militancia: José Antonio Pérez Tapias, Decano de la Facultad de Filosofía de Granada, quien representaba y representa la línea de izquierda de un PSOE excesivamente centrado.

Pérez Tapias es la cabeza mejor amueblado del PSOE, uno de los pocos intelectuales sensatos que tiene la izquierda en un tiempo de máxima escasez de ellos. Sus teorías tienen varios ingredientes que las hacen sumamente interesantes. Por un lado la coherencia ya que lleva defendiéndolas a la largo de su historia política. Fue uno de los pocos que se atrevió a enfrentarse a Zapatero contra la reforma del Artículo 135 de nuestra Constitución y también contra su reforma laboral.

También que marca con claridad y rotundidad el camino hacia la izquierda que debe recorrer el PSOE, defendiendo una profunda democratización interna, incluso defiende el diálogo, la comunicación y acuerdo con el resto de las izquierdas transversales, incluida Bildu.

Por último y quizás lo más novedoso e importante es su teoría que coincide con la del desaparecido Enrique Curiel (también marginado por sus novedosas ideas), de abrir un nuevo proceso constituyente, una especie de Segunda Transición que conduzca nuestro país a una República, a un Estado Federal Plurinacional que respete el derecho a decidir, una manera racional y pactada de evitar la actual situación. en la que una parte importante de la ciudadanía de Catalunya y Euskadi no encuentra acomodo en la España actual. Construir una nueva “Casa común” en la que todos nos encontremos cómodos.

Teorías reflejadas en sus numerosos libros en especial en el titulado “Invitación al federalismo: España y las razones para un Estado plurinacional”.

Es el único en el seno del PSOE que plantea soluciones novedosas a ese viejo contencioso centro-periferia heredado de nuestra Transición, la primera. Quizás por eso, porque al obsoleto aparato socialista esto le parece revolucionario, rompedor, lo más probable es que no cuenten con él temerosos de que su potencia ideológica eclipse al líder. Ya lo demostró en el debate a tres previo a las primarias que ganó por goleada eclipsando totalmente a Sánchez y Madina. Probablemente si hubiera vencido no estaríamos en la situación actual, e incluso Podemos ya no tendría razón de existir.

Esa anquilosada cúpula siente el vértigo de afrontar de una vez por todas los dos grandes retos, los grandes problemas de estado que nos va a dejar un indolente Rajoy: la culminación del proceso de paz y su consiguiente de reconciliación posterior (hay que recordar las numerosas ocasiones que ha manifestado que no tenía ya sentido tener a Otegi en la cárcel) y el contencioso centro-periferia. Retos que no por mirar para otro lado desaparecen, sino que antes al contrario se enquistarán y acabarán gangrenado el cuerpo del Estado.

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