Víctor Terradellas i Maré
Secretario de Relaciones Internacionales de CDC

López Atxurra y la «locura» de la CUP

He leído atentamente las declaraciones que sobre la CUP realizó el Sr. Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor, en el transcurso del encuentro organizado por la patronal alavesa, SEA, que tuvo lugar a finales de septiembre.

Sé de la trayectoria y del conocimiento de la realidad catalana del Sr. López Atxurra, por lo que me sorprende que se haya referido a los miembros de la formación política CUP como «locos de la pradera» y «gente peligrosa».

Hasta dónde yo sé, el trabajo político realizado por la CUP en nuestro Parlamento se ha centrado, sobre todo, en la denuncia y lucha contra la corrupción, y en la mejora de los derechos civiles de todos los catalanes. Bien es verdad que dicha lucha se realiza a partir de parámetros ideológicos y políticos que no comparto en muchas ocasiones pero ello no me impide reconocer su buen hacer, su coherencia, su responsabilidad, su seriedad, su determinación de no defraudar a sus electores y a sus militantes pero también a quienes no les votan. Más que de locos, y locas, esta actitud podría definirse de quijotesca si tenemos en cuenta nuestro panorama político nacional y estatal, al cual, sobre todo el segundo, podríamos referir sus propias palabras. En cualquier caso, invito al Sr. López Atxurra a consultar las actas de nuestro Parlamento y así pueda conocer más a fondo la actuación y el trabajo de la CUP en nuestra cámara legislativa.

La distancia política o ideológica no debería ser óbice para mantener en las formas, y en el fondo, un debate sereno y razonable que nos llevará mucho más allá que las frases ingeniosas o insultantes en busca del aplauso fácil. Sobre todo, cuando este aplauso fácil puede provenir de colectivos con actitudes predemocráticas que aplauden, por ejemplo, la imputación de un presidente electo por haber facilitado urnas para que la ciudadanía pueda expresarse libremente.

Cómo decía, desde la evidente distancia ideológica concibo la CUP como una muestra más de la calidad democrática que se vive hoy día en Catalunya, y quizá en eso le doy la razón desde una valoración más personal, como unos locos decididos a que la transparencia, la coherencia, el buen hacer, la responsabilidad, la seriedad, la determinación y la calidad democrática impregnen no sólo las instituciones políticas, sino el conjunto de nuestras sociedades.

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