Joseba Eceolaza
Miembro de Batzarre

Momento de oportunidad

La crisis, su gestión, su insensibilidad, el rostro de las personas excluidas, el ruido de los desahucios, el pasaporte para la gente joven, y la precariedad para el de mediana edad, la pensión escuálida, la tomadura de pelo de las cláusulas suelo, los refugiados y las vallas de pinchos, el desprecio a los republicanos de cuneta y olvido… y la indignación de ayer y de hoy reflejan una foto muy delicada socialmente.

Y es que la crisis ha estado todo el rato mirando hacia abajo en lugar de apuntar hacia arriba. Por eso ha llegado el momento de abrir esa ventana de oportunidad política y social que esperamos.

Con ese ánimo afrontamos las elecciones, junto con Podemos e Izquierda Unida, y es que frente a la separación tradicional entre las izquierdas, nos ha parecido importante contribuir a la tarea de unir. En estos momentos en los que es necesario reconstruir una situación social delicada, hemos creído que lo fundamental es ayudar a tejer una alternativa atractiva y útil para la gente.

En el ADN de Batzarre está el de crear e impulsar candidaturas unitarias, por eso creemos importante presentarnos a las elecciones conjuntamente, con la mirada puesta en crear ámbitos de trabajo entre espacios políticos cercanos, promocionar iniciativas de colaboración y sobre todo, fomentar  la confianza entre nosotros y nosotras para que esta experiencia unitaria se consolide.

En Navarra tenemos fundamentalmente el reto de fortalecer un espacio de izquierdas que supere el discurso identitario, que promocione ámbitos de encuentro y respeto, que entienda la pluralidad como un valor y que tenga una mirada sobre Navarra diferente a la que ha operado durante los últimos cuarenta años.

Es prioritario luchar contra la exclusión social, contra la precariedad laboral y contra la sociedad a la que nos condena el PP, un partido que ha hecho de la corrupción su forma de vida. No puede ser que en este país sea donde más viviendas vacías hay y a la vez donde más desahucios se producen. No puede ser que se hayan dedicado miles de euros a rescatar a los bancos, a construir obras innecesarias, mientras que a las mayorías sociales nos pedían ajustes.

En este momento de nuestra historia, necesitamos una izquierda capaz de repensar Europa y con voluntad de que la sociedad post-crisis esté más integrada socialmente. No podemos admitir una Europa que recibe a palos a las miles de personas que huyen de la guerra, ni podemos admitir una sociedad cada vez más desigual.

En Navarra, especialmente las izquierdas, hemos vivido de espaldas. En este sentido, Izquierda-Ezkerra rompió una inercia de separación que veníamos sufriendo desde la transición y Podemos ha generado nuevas ilusiones. Por eso vivimos un momento de oportunidad política para hacer las cosas de otra forma, solos y por separado no podemos. Por eso necesitamos un proceso de confluencia que ponga en valor el trabajo social, que mira a esa sociedad de izquierdas que hace de las mejores causas sociales su identidad y hace del respeto y el reconocimiento de la pluralidad su convicción.

Nadie entendería que la peor escuela de la peor política se impusiera frente a formas más frescas y desprejuiciadas de relacionarse entre los partidos políticos, nadie entendería tampoco que no nos dejáramos la piel en tratar de consolidar ese polo social, y así fortalecer en Navarra la parte del cambio que es de izquierdas y es transversal.

Y en Navarra específicamente, deberemos evaluar la fuerza de la izquierda social; en sus nuevos equilibrios, en su nueva representación institucional, en la capacidad de renovar ideológicamente, en la virtud de cultivar una cultura de izquierdas atractiva, en la construcción de una hegemonía que nos ubique en una posición política, un ambiente, una cultura, unas relaciones sociales, unos rituales, un pegamento emocional libre y autónomo de las dos grandes corrientes que hay en nuestra tierra (el regionalismo y el abertzalismo).

Sabemos hacia donde no queremos ir (más neoliberalismo) e intuimos hacia donde no debemos ir (frentismo identitario), así que tengamos prevención ante los vicios de la política y ante la separación entre lo social y los institucional. Tenemos que seguir cultivando esa inteligencia social que nos ha hecho ser creativos en ideas y proyectos, todo ello en un ambiente de innovación democrática y necesidad de que la dialéctica política no se parezca demasiado a los pesados debates identitarios que han contaminado las alianzas en esta tierra.

La tarea de unir e integrar, pide una visión lúcida de la izquierda y la sociedad porque lo que está en juego no es sólo el ahora. Por eso en el futuro se nos medirá si en esta ocasión fuimos capaces de olvidar, por un rato, que un día competimos y se generaron rencillas, y si fuimos capaces de construir una nueva imagen de la política que cambia y nos cambia. La oportunidad está ahí, salgamos entonces con ganas a reconstruir nuestro futuro. Aprovechemos esta ocasión para crear espacios de colaboración y convivencia entre la izquierda social.

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