Koldo Amezketa
Parlamentario foral de Bildu y miembro de la Ejecutiva Territorial de Eusko Alkartasuna

Nueva marcha atrás

Si realizamos un recorrido histórico de UPN desde su existencia como partido, vemos que los derechos forales, entendidos como capacidad de negociación directa entre los gobiernos, han sido la excusa perfecta para hacer y deshacer en Navarra al dictado de sus intereses, siempre dejando a la ciudadanía al margen.

Así es como negociaron el Amejoramiento, excluyendo de la negociación sin ningún rubor democrático a quienes tenían una concepción de Navarra diferente de la suya. Y lo hicieron a pesar de que las fuerzas excluidas representaban electoralmente a más de un tercio de esa ciudadanía. La derecha navarra nunca ha permitido que la ciudadanía se manifieste sobre la ley de Amejoramiento mediante un referéndum. Por el pueblo pero sin el pueblo. La derecha utiliza su versión de la foralidad para negar espacios a la democracia; cuando, al contrario, la foralidad debe significar más libertad y más democracia.

Posteriormente han negociado directamente desde el Gobierno las modificaciones al Convenio Económico y de la propia LORAFNA o los diferentes Estatutos de la Caja de Ahorros de Navarra, siempre buscando exclusivamente sus intereses políticos y económicos. Así han sustraído paulatinamente la CAN al control público para poderla manejar a su antojo y sin dar a nadie explicaciones. Una Caja de Ahorros, que ha sido históricamente fundamental en el desarrollo económico de Navarra y que en estos momentos hubiese sido el mejor sostén frente a la crisis, está desaparecida, dilapidada, reducido su valor a 200 millones en acciones. Desaparecida para evitar lo que hubiese sido su continuidad natural con el resto de cajas con las que estaba federada. Pero una federación de las cajas de ahorros vasco-navarras era demasiado para sus oídos; debían evitarlo a toda costa y lo han conseguido.

Y con esa permanente actitud de UPN, con ese estilo de gobierno, en el que no ha faltado la colaboración y el respaldo del Partido Socialista cuando más lo han necesitado, hemos llegado a los momentos actuales.

Hoy la estrella es el Convenio Económico. Parte fundamental de un Régimen Foral que está desapareciendo junto con las capacidades de autogobierno de Navarra. Basta comparar la situación actual, en la que día sí y día también el Tribunal Constitucional cercena y recorta nuestras capacidades hasta dejarlas en un mero recuerdo, con la soberanía que tenía Navarra cuando se negoció el Amejoramiento en diversas materias, tanto económicas y financieras como en enseñanza o sanidad, en administración municipal y en funcionariado propio. Según UPN todo aquello se mantenía en el Amejoramiento. Nada más lejos de la realidad.

Otro tanto está pasando con el Convenio Económico, hasta el punto que se está manifestando como una herramienta incapaz de mantener la viabilidad económica de Navarra. Tal vez no sea por incapacidad de la herramienta, sino por la incapacidad de quienes la manejan. Estamos hablando de que nuestras capacidades de autogobierno están en el alambre por la voracidad de un Gobierno centralista y  neoliberal que nunca ha aceptado las diferencias y pretende hacer tabla rasa de las señas de identidad de cada pueblo. Y todo ello desde la colaboración máxima del Gobierno de Barcina. UPN da alas permanentes a esa voracidad por su propia debilidad. No defienden ni Navarra ni su foralidad. Defienden su mantenimiento en el Gobierno.

Una debilidad que están trasladando al Gobierno cada vez que solicitan la intervención del Estado para anular las decisiones que toma este Parlamento y no son de su gusto. Y ese apoyo del Estado les hace cada vez más débiles mientras él se hace más fuerte. Luego pasa la factura. Y la pasa en forma de recortes de soberanía, de capacidad de gobierno y de recursos económicos. En forma de homologación centralista y de pérdida de señas de identidad propias. Como consecuencia, la viabilidad económica de Navarra está sometida por el Estado a causa de los intereses partidistas de UPN. Hemos llegado a un punto en que todo lo que afecta de forma importante a Navarra se decide fuera. Quién gobierne en Navarra se decide fuera, en Madrid. Navarra no decide ni el resultado de una moción de censura. Se decide en Madrid.

Desde EH Bildu reclamamos y proclamamos, y sin duda lo haremos permanentemente, el pleno derecho a decidir de Navarra, que sea Navarra y su ciudadanía quien decida. Quien decida sus gobiernos y quien decida su estatus político, su marco de relaciones con el Estado y con otros territorios.

Nunca lo hará UPN. Nunca lo hará este Gobierno, débil e incapaz de resolver ninguno de los desastres en que nos ha metido a navarros y navarras. Recientemente, la presidenta del Gobierno Yolanda Barcina afirmaba que va a negociar con Madrid la no aplicación de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas). Ley que en su disposición adicional segunda dice: «En virtud de su régimen foral, la actividad financiera y tributaria de Navarra se regulará por el Sistema Tradicional de Convenio Económico». La adicional primera hace similar referencia a la CAV y al Concierto. Eso significa, directamente, que la LOFCA no es aplicable a los Regímenes Forales. Barcina y UPN proponen como su gran logro negociar lo que ya está legislado. Nueva marcha atrás para la soberanía de navarra.

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