Miren Aranoa y Esther Korres
Portavoces parlamentarias de EH Bildu en la Comisión de Educación

OPE política, entonces...

Todo lo que ha rodeado a esta convocatoria de OPE ha sido, cuando  menos, anómala. El propio anuncio de convocatoria por parte del consejero de educación  fue caótico y generó una avalancha de críticas por parte de las fuerzas políticas y sindicales del ámbito estatal, que consideraban insuficiente la oferta en castellano.

EH Bildu se mostró, desde un principio, de acuerdo con la propuesta. Lo contrario hubiera sido poner la propuesta elaborada por los técnicos del Departamento de Educación en tela de juicio. Una propuesta rigurosa en los datos y concluyente, que no daba lugar a interpretaciones. Sin embargo, Izquierda-Ezkerra y Podemos-Ahal Dugu presentaron otra propuesta que poco tenía que ver con la elaborada por los técnicos del Departamento de Educación, alejándose de los criterios técnicos y primando argumentos puramente políticos, sesgados, imprudentes contra el euskara y partidistas: OPE política versus OPE técnica.

Comienza entonces una vorágine dialéctica con la única finalidad de defender lo indefendible: oferta de plazas en infantil y primaria en castellano cuando saben que no responden a la realidad que a consecuencia del desarrollo acelerado del programa PAI, reduce a la mitad las necesidades del profesorado monolingüe castellano. Una OPE no se convoca para crear nuevos puestos de trabajo sino para dar estabilidad al sistema educativo en función de sus necesidades reales. La realidad es que actualmente decenas de profesores tutores en castellano están desplazados de sus centros educativos por falta de carga lectiva.

En consecuencia, convocar ahora plazas en castellano sería condenar a quienes aprobasen esas hipotéticas oposiciones, junto a esas decenas de profesores tutores desplazados, a no acceder, quizá jamás, a un destino definitivo estable. Sería estabilizar la precariedad y no solucionar el problema de temporalidad del sistema educativo actual. Sería por tanto, un fraude y una estafa para quienes aprueban la oposición y para los centenares de profesores interinos que esperan estabilizar su situación.

Este no es el modelo que EH Bildu quiere ni para un sistema educativo de calidad ni para las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza pública.

Nuestro planteamiento coincide con la mayoría sindical representada en la Mesa Sectorial de Educación que una y otra vez han manifestado su acuerdo con la propuesta inicial elabora por el Departamento de Educación. Así la propuesta inicial del Gobierno coincidía, como no podía ser de otra manera, con el informe del Departamento y contaba con el apoyo de la mayoría sindical.

Para nuestra sorpresa, el Gobierno propone finalmente a los sindicatos una nueva oferta que, al amparo del recurso interpuesto por el PP de Madrid, recorta 120 plazas, casualmente todas ellas en euskara y ninguna en castellano. Dicha oferta propone una OPE  en dos tiempos con toda la dificultad y gasto que esto conlleva. En esta propuesta se continúa negando el derecho a la lista única, haciendo seguimiento de las políticas de UPN que penalizaba el bilingüismo del profesorado euskaldun y premiaba el monolingüismo castellano. En fin, nada que no hubiera hecho el Gobierno de UPN. Nos sorprende también que CCOO se jacte de haber conseguido recortar 120 puestos de trabajo, inaudito en un sindicato que se supone de izquierdas.

El cambio en Educación brilla por su ausencia. Este Gobierno no ha tenido la mínima valentía necesaria para mantener la propuesta técnica del Departamento, demostrando que no confía en los técnicos y demostrando a la vez su propia debilidad ante los ataques partidistas y sectarios de unas fuerzas sindicales y políticas que han abandonado totalmente a los trabajadores y han obviado los criterios técnicos en pro de otros criterios interesados.

Y lo vemos, finalmente frente a la OPE Técnica, ha ganado la OPE Política

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