Miguel Martínez de Morentin Morrás
Arquitecto Urbanista, especialista en Bioconstrucción y miembro de Ekologistak Martxan

¿Qué implica Aroztegia?

Años después del boom inmobiliario, cuando parecía que ya había acabado la pesadilla de la degradación del territorio a cuenta del asfalto y el hormigón, cuando pensábamos que la sociedad entera ya había entendido la estafa que ese modelo suponía, volvemos a revivir la amenaza de otra de estas urbanizaciones especulativas: Aroztegia en Baztan.

La historia se repite, y no precisamente a cuenta del campo de golf, que podría tener hasta sentido en un clima lluvioso como el de Baztan si existe demanda local. Las más de 200 viviendas y alojamientos turísticos previstos, en baja densidad, suponen un consumo extensivo de suelo, recurso limitado, basado en un modelo de ocupación del territorio contrario a sus características y valores primigenios.

Este tipo de enclaves generan segregación de clases, aislamiento e incomunicación, propios de un modelo social involutivo. Salvo excepciones, el cliente potencial de estos «productos inmobiliarios» no busca integrarse en la sociedad local ni valorar sus particularidades. La forma de «burbuja» habitual de estas urbanizaciones refleja muy bien su espíritu; una conexión rodada con la red de carreteras y casi ninguna relación con el territorio circundante.

Y es que la falta de vida propia en estos barrios obliga al uso intensivo del automóvil; mayor consumo de recursos y aumento de las emisiones de gases, acelerando el cambio climático. En vez de promover la vida urbana y la integración en el territorio, se genera una deslocalización con todo lo que implica a nivel energético y también humano.

La experiencia ha demostrado ya en otros muchos casos similares que la aparición de un nuevo grupo humano segregado con intereses diferentes crea conflictos de convivencia y culturales, e inestabilidad en la gobernanza de los municipios afectados.

El proyecto para Aroztegia no responde a una necesidad existente en la zona, ni tampoco a la resolución de sus actuales problemas, sino a unos intereses lucrativos ajenos. La generación de empleo, como ya hemos vivido hasta 2008, es «flor de un día» por definición; el abismo posterior es mucho peor, no hay más que observar nuestro presente (…eta gero zer?).

El verdadero «desarrollo rural», también en Baztan, debe basarse en el sector primario con los criterios de la agroecología y comercio local; el único modelo que puede garantizar el mantenimiento de los recursos a las generaciones venideras.

En definitiva, Aroztegia no es sostenible ni económica, ni social ni ambientalmente. Un urbanismo sostenible iría en la línea del reforzamiento de los núcleos urbanos existentes, en caso de la previsión de un incremento natural de población, mediante la ocupación de las viviendas vacías o la revitalización del patrimonio de caseríos existente. No repitamos la historia de las urbanizaciones especulativas; el urbanismo no tiene por qué ser insostenible.

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