Satur Leoz
Altsasuarra y periodista

¡Qué no nos roben la sonrisa! Gora Altsasu!

La pesadilla continúa para varias familias de mi pueblo. La gente está triste y desolada y por eso se echó a la calle en masa hace una semana. Jamás se había vivido en Altsasu una manifestación tan políticamente plural y multitudinaria. Puedo dar fe de que se derramaron miles de lágrimas de rabia y de impotencia.

Bajo un silencio atronador, soportando una fría ventisca otoñal, juntos, brazo con brazo, aparcamos divergencias y reclamamos amparo institucional y judicial, sencillamente porque los y las alsasuarras estamos convencidos de que lo acontecido la madrugada de ferias, el pasado 14 de octubre, fue una pelea fea, repudiable, que jamás debiera haber ocurrido, pero aquello de terrorismo no tuvo absolutamente nada.

Como todo el mundo sabe ya a estas alturas, la trifulca comenzó a investigarse como posible delito de lesiones y atentado contra la autoridad. Así lo apreció también la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona (en base a lo establecido en el artículo 519 del Código Penal). Luego se barruntó lo del delito de odio y finalmente el tema ha adquirido dimensiones increíbles terminando en la Audiencia Nacional con peticiones de penas para varios de los jóvenes detenidos y encarcelados de forma preventiva que superan los 10 años de cárcel. Ni entendemos ni podemos aceptar esta sobreactuación judicial, por mucho que la ampare el artículo 573 del Código Penal que el PP modificó aprovechando su mayoría absoluta el año 2015, modificación por cierto cuestionada por ilustres juristas y el propio Tribunal de Justicia de Estrasburgo.

Quiero dejar muy claro que me considero un pacifista militante. Siempre he rechazado cualquier forma de violencia y condeno de plano que se agreda a nadie. Quien así actúa entiendo que sea reprendido. Pero por favor ¡un poco de cordura! ¿De verdad señor ministro de Justicia, señores y señoras responsables de la Judicatura, creen ustedes que los jóvenes de la pelea de Altsasu son terroristas?. Respondan en conciencia y pongan cuanto antes fin a este “mal sueño” que tiene indefensas y atemorizadas a las familias de los detenidos y a quienes vivimos en este maravilloso rincón del valle de Sakana.
 
Tampoco quiero pasar por alto el maltrato que ciertos medios periodísticos, sobre todo de ámbito estatal, están dando a mi pueblo. Llevo más de 40 años dedicado a la profesión periodística y con dolor tengo que decir que siento vergüenza ajena al ver cómo algunos están abordando este triste episodio, lanzando proclamas injuriosas y asediando a mis vecinos en la calle y en bares del pueblo con cámaras ocultas y toda suerte de artimañas.

Y una consideración final: los altsasuarras somos gente amable, honrada, emprendedora y pacífica. Quienes lo duden pueden preguntárselo abiertamente, sin necesidad de micrófonos ni cámaras ocultas, también a los centenares de ciudadanos de otras zonas del Estado que desde finales del siglo pasado eligieron nuestro pueblo como destino para mejorar sus condiciones de vida. Hoy sus descendientes son unos altsasuarras más y todos y todas estamos orgullosos de nuestro pueblo.
¡No vamos a permitir que nos roben la sonrisa! Queremos seguir siendo el pueblo optimista y acogedor que siempre hemos sido. Gora Altsasu!

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