Jesús Nieto, Vicente Elrío Tabar (*)
Componentes de la Asociación Maravillas «Florecica de Larraga»

Quién maneja la pala

La Memoria histórica es como una pala que, depende de quién la maneje, lo mismo sirve para descubrir el horror de una fosa común que para añadir paladas sobre los fusilados».

Estas lúcidas palabras siguen sacudiendo hoy nuestra conciencia, aunque fueran pronunciadas hace ya seis años en el homenaje que nuestro pueblo de Larraga tributó a la niña de 14 años Maravillas Lamberto, violada, asesinada, quemada por los falangistas y devorada por los perros en el campo, tras el golpe de estado de 1936. Símbolo de la inocencia pisoteada de la mujer y víctima de la brutalidad del genocidio franquista, que ha quedado en total impunidad gracias a una transición española supuestamente tan «modélica».

Transición que, haciendo un poco de memoria, fue pactada entre fuerzas del régimen dictatorial y la izquierda reconvertida en monárquica en menos de lo que canta un gallo (empezando por el PSOE y acabando en el PCE). La familia Borbón fue restaurada en el trono por sus corrompidos valedores, impidiendo que se hiciera justicia, que se conociera la verdad y que se reparara la memoria, el honor y la dignidad de las miles y miles de víctimas del franquismo, y consiguiendo a la par que la República se mantuviera en el imaginario colectivo como un paréntesis en la historia sacrosanta de la España monárquica, realmente cimentada sobre la prohibición de nuestra memoria, amordazada por el terror y el horror del descomunal cementerio clandestino que ocupa, todavía hoy, la geografía del Estado español, con más de 150.000 asesinados y desaparecidos.

Actualmente asistimos en Navarra a la promulgación de una Ley Foral de Memoria Histórica, a la creación de un Consejo Navarro de Memoria Histórica copado por la derecha, a la convocatoria de un concurso para una escultura a las mujeres republicanas en el Parque de la Memoria de Sartaguda con un coste de 36.000 euros, olvidando el trabajo en auzolan que es la manera como los familiares hemos recordado a nuestros desaparecidos, erigiendo casi siempre sencillas piedras del campo.

Y en fin, este fin de semana la celebración de unas Jornadas Transpirenaicas en las que se da la oportunidad de lucirse a un Ayuntamiento de Iruñea y a un Gobierno foral que nunca han condenado el golpe de estado ni eliminan los símbolos fascistas presentes aún en Navarra… Una palada, otra palada manteniendo la impunidad y la injusticia.

A toda los sociedad navarra compete preguntarse quién maneja la pala del silencio y el olvido y para qué, no solo a nosotros, familiares de aquellos dignos republicanos y republicanas a los que asesinaron y enterraron en fosas comunes, cuando los responsables de crímenes de esa humanidad Franco, Mola, Sanjurjo... siguen enterrados en mausoleos monumentales, como el de los Caídos de Pamplona, y reciben honores, exequias y misas celebrados por los herederos hijos cruzados de la misma derecha golpista y nacional-católica; cuando no se habla de este horror en las escuelas e institutos; cuando a los familiares se  nos amordaza con certificados de «Reparación moral» firmados por el ministro de turno, en los que se reconoce como «víctimas de la violencia política» a nuestros padres, hermanos y hermanas, abuelos…, un eufemismo insultante inventado por Zapatero o Ruiz Gallardón para enmascarar la verdad del genocidio; cuando no se da ni un duro para exhumaciones de fosas por parte del Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Iruñea, pero sí financian la escultura del Parque y las jornadas transpirenaicas. ¿Por qué esto sí puede ser y descubrir el horror de las fosas comunes no?

No queremos que a nuestros familiares, a quienes tanto queremos, se les utilice para lavar la cara y maquillar el bipartidismo borbónico y a los caciques navarros; no queremos que las asociaciones que dicen trabajar por la Memoria les hagan el juego por un plato de lentejas subvencionado hoy, que será hambre para mañana; no queremos más desmemoria, no queremos más silencio ni más sufrimiento. De eso ya hemos tenido bastante en los 40 años de dictadura y los 40 de posfranquismo.

Verdad, justicia, reparación y ¡viva la República de Trabajadores!, nuestra herencia y la mejor manera de honrar a nuestros muy queridos y añorados familiares que derramaron su sangre por la justicia y la libertad de nuestro pueblo.

(*) Firmantes del escrito: Jesús Nieto (familiar de Jesús Nieto Suescun, de CNT, asesinado a los 20 años en Ibero); Vicente Elrío Tabar (hermano de Victorino Elrío Tabar, de CNT, asesinado a los 18 años en Valcardera); Francisco Elrío Molinero (familiar de Victorino Elrío Tabar, de CNT, asesinado a los 18 año en Valcardera); José Luis García Munárriz (familiar de José Munárriz Suescun, de CNT, asesinado a los 24 años en Artajona); Juan Vicente Lizarraga Lamberto (familiar de Vicente Lamberto Martínez, de UGT, asesinado en Iruñuela, y de Maravillas Martínez Yoldi, asesinada a los 14 años); Pedro Ibáñez García (familiar de Jesús, Félix y Santos García, de 35, 33 y 24 años, asesinados en Ibero, Artajona y Undiano respectivamente); y Soraya López Zufía (nieta de Pedro Zufía, miembro de UGT, asesinado a los 36 años en Ibero).

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