Jose Antonio Gonzalez Garcia «Nebera»

Rajoy no es la solución

Dos no riñen si uno no quiere, en este caso dos no dialogan si el otro no quiere, no contesta, no está. Dos no dialogan porque lo que es reñir está visto que de muy poco sirve la respuesta pacífica de la ciudadanía si el poder, en toda su extensión, decide enviar miles, nunca sabremos cuantos, de policías a reventar su voluntad de dialogo y negociacion.

Lo cierto es que el título y el cuerpo de estas letras podrían ser el mismo y, en mi opinión, suficiente. Rajoy no es la solución y basta.

Rajoy es o puede ser la antítesis de cualquier solución, dialogada o no.

Es el sentimiento de aquel proverbio chino «siéntate a la puerta de tu casa y veras el cadáver de tu vecino pasar». Años lleva sentado y sonriendo.

«Dicen que los gallegos son indecisos, que no se sabe si suben o bajan, si van o si vienen... que no saben / no contestan...» y Rajoy es gallego al menos de nacimiento. Mis disculpas para las muchas gallegas y gallegos que no se sienten identificados con este estereotipo y tampoco con Rajoy. Rajoy ha sido, en orden mas o menos cronológico, diputado en 1981, concejal en Pontevedra en 1983, secretario general de AP en Galicia en 1988, diputado al Congreso en 1987, presidente de la Comisión de Control Parlamentario de RTVE en 1989, ministro de Administraciones Públicas en 1996, ministro de Educación y Cultura en 1999, vicesecretario primero y ministro de la Presidencia en 2000, ministro de Interior en 2001, portavoz del Gobierno y Ministerio de la Presidencia en 2002, secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno desde 2003, presidente de su partido en 2004, presidente del Gobierno desde 2011.

Acojona, a que sí. Semejante currículum para lograr el título de «corazón de piedra» en 2015. Le han precedido Ana Mato y Dolores de Cospedal. Sin mas comentarios.

Y el de persona «non grata» en Pontevedra. De su Galicia natal, Santiago de Compostela 1955. 
Rajoy no es la solución aunque, tengo que admitirlo, la falta de adversarios políticos estando él en la oposición, siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, como desde la presidencia, siendo oposición Alfredo Perez Rubalcaba, Susana Díaz, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias… por nombrar solo los que más escaños tienen o han tenido, le ha propiciado su no hacer, su no decir, su no negociar, su ser Rajoy y nada más.

Los cadáveres de sus «enemigos» han ido pasando poco a poco frente a la puerta de su casa, Esperanza Aguirre, José María Aznar, Ana Botella, Jaime Mayor Oreja, Francisco Álvarez Cascos, Alberto Ruiz Gallardón, Rodrigo Rato, Francisco Camps, Rita Barbera… Soraya Sáenz de Santamaría, perdón, ya he vuelto a meter la pata, esta última todavía le aguanta el tirón aunque sus válidos, los de la operación Menina, si han pasado por la puerta del presidente.

Estos días aquellos que hablan, y son muchos, que intentan ser sinceros, y son pocos, y osados, menos todavía, en su razonamiento inciden una y otra vez que ni Rajoy, ni Puigdemont son los políticos válidos para una solución dialogada frente al conflicto magnificado con el referéndum 1-O, cuando leas estas letras ya pasado y deseo que celebrado, entre España y Catalunya, entre Catalunya y España.

Dos no riñen si uno no quiere, en este caso dos no dialogan si el otro no quiere, no contesta, no está. Dos no dialogan porque lo que es reñir está visto que de muy poco sirve la respuesta pacífica de la ciudadanía si el poder, en toda su extensión, decide enviar miles, nunca sabremos cuantos, de policías a reventar su voluntad de dialogo y negociacion.

Dos no riñen si uno no quiere pero le pueden poner la cara como a un ecce homo si uno de ellos insiste en la pelea y esta sinrazón va por ahí.

Rajoy no es la solución y España lo sabe.

El resto, según parece, sabemos que es España la que no tiene solución por eso Catalunya quiere la independencia y espero que pronto, muy pronto, Euskal Herria, la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra para empezar, también la haga suya. Claro que aquí tenemos al PNV y a Urkullu, a Ortuzar, Urkullu, Atutxa, Egibar, Hualde, Suso y Arizmendi con el PNV, y eso sí que es un lastre mas pesado que la piedra de Berriatua.

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