Iván García y Fernando Villanueva
Miembros de Sortu Alde Zaharra

Sara Fernández, memoria y futuro

Han pasado once años desde que Sara Fernández perdiera la vida en la carretera de la dispersión. Aquel 29 de noviembre fue otro de los días que están marcados en la agenda de los sucesos de las consecuencias que ha generado el conflicto político. Otra vida segada por los avatares del conflicto político. Pero a las puertas de este nuevo aniversario, con la memoria de lo ocurrido como acicate para construir un futuro mejor, nos gustaría compartir esta reflexión con el ánimo de hacer nuestra aportación al momento que vivimos.

Hoy es el día en el que casi nadie duda ya de que la política de dispersión responde a una estrategia política derivada del conflicto político que enfrenta a España y Francia con Euskal Herria. Y en estos tiempos en donde la gran mayoría apuesta por la resolución en términos de diálogo, acuerdos y reconciliación, pensamos que se dan las condiciones necesarias para terminar de una vez por todas con medidas como la dispersión, que no generan más que sufrimiento y desolación en la sociedad.

Es obvio de que la sociedad Navarra, y vasca en general, quieren que se den pasos a favor de la normalización política y en este mismo sentido, para acabar con la dispersión. Y no solo eso, el colectivo de presos y presaspoliticasvascas (EPPK) ha mostrado su total disposición a seguir dando pasos para que las condiciones que tenemos hoy se multipliquen el día de mañana, para alcanzar una paz basada en la justicia. Y uno de los primeros pasos en ese sentido es acabar con la dispersión.

Por tanto, cuanto menos tiempo tardemos en conseguir ese escenario, más tiempo habremos ganado en la normalización y reconciliación. En este contexto político, seguir generando sufrimiento es ir en contra de la paz, es ir en contra de las ganas de un pueblo que ha estado esperando este momento muchos años. Una sociedad como la nuestra no se merece estar condenada a más sufrimiento, y mucho menos por unos intereses políticos ajenos a las necesidades y ganas de la ciudadanía.

En ese sentido, no podemos perder de vista que el acabar con la dispersión traerá a la vez consigo nuevas condiciones que nos acerquen a superar las razones que generaron el conflicto político. Es decir, estaríamos en la fase de superar las causas del conflicto; y en la fase de excarcelación de todas las personas presas por motivación política. Porque no tenemos que olvidar el carácter político del EPPK, y por lo tanto, la importancia de sus reflexiones y aportaciones en clave de resolución. Como decíamos, no tenemos ningún minuto que perder. Tenemos mucho que ganar.

En estos días tan emotivos para el barrio y sobre todo para la familia de Sara queremos mandar un abrazo muy fuerte a toda la familia. Pero tampoco queremos olvidarnos del resto de personas que han padecido las consecuencias violentas de este conflicto; vaya nuestro más sincero reconocimiento. Y como no, también queremos hacer una mención especial al EPPK y sus familiares que siguen sufriendo una política de venganza cruel e inhumana. Estamos con todas vosotras.

Por todo ello, nos gustaría acabar este escrito con un llamamiento a la sociedad en general, pero en especial a nuestro barrio: hay que aunar fuerzas en favor de los derechos de los y las presas políticas vascas, traerlas a Euskal Herria primero y después a casa es una prioridad que tenemos como pueblo. No tenemos la más mínima duda: nuestro pueblo ha sido capaz de conseguir muchas cosas importantes, esta también la conseguiremos. Sara oroimenean!

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