Pello Aramaio Etxaburu
Expreso vasco

¿Se debe pedir perdón?

El encabezamiento, desde luego, llama la atención. ¿Se debe pedir perdón? Seguro que habría discrepancias. Nadie estaría en contra, pero el sí, tal y como piensa este servidor, requeriría algunas matizaciones y su debida explicación.

Algunos se olvidaron de nuestra historia no muy lejana, donde tras la muerte del genocida Franco, el borrón y cuenta nueva y aquí no ha pasado nada (Constitución) no nos ha deparado ninguna alegría. Todo ha sido  un suma y sigue constante. Miles de detenidos, torturados, cárceles, dispersión y muertes.

Sigo, y aquí está la cuestión.  ¿Quiénes deben pedir perdón?  Mientras que todas las miradas y el dedo acusador señalen siempre en una sola dirección, viviremos en una hipocresía y una quiebra de la democracia; dicho de otro modo, una corrupción jurídica y política.

Pero ¿a quiénes se les debe pedir perdón? Sin ningún género dudas, a las víctimas. Antes de nada, mi respeto y solidaridad con todas ellas. Pero, ¿qué víctimas? ¿Las que clasifican así PP y PSOE? Es decir, ¿estas víctimas sí y estas otras no? Si nos quieren imponer la «paz» de esa manera, hay que entender que la imposición es una forma también de violencia.

El otro día, ordenando mis libros en las estanterías, me vino a la mano la revista “Kale gorria”, el número 6, del mes de diciembre de 2001 (la redacción fue clausurada posteriormente por orden judicial). En su portada se lee lo siguiente: “El PP tapa la boca a Galindo con millones”. Como miembro del grupo terrorista GAL, en el año 2000, Galindo fue condenado a 71 años de prisión por secuestro, toturas y asesinato de Lasa y Zabala. Aunque la sentencia lo apartó de su condición militar, la Dirección General de la Guardia Civil le ingresaba en su cuenta 0208051382 del BBVA  cantidades millonarias durante su estancia en prisión, según consta en su extracto. Con la amenaza de que tiraría de la manta hizo que se forrara de millones. No pidió perdón a las víctimas, ni reconoció el daño causado, ni dio muestras de arrepentimiento, y encima fue premiado con el indulto.

La misma amenaza hizo que  tanto José Amedo (subcomisario) como Michel Domínguez (subinspector) estuvieran percibiendo durante el tiempo que duró su estancia en la cárcel la cantidad de 0,5 millones de pesetas al mes. Por vía de sus compañeras sentimentales recibieron en Suiza 100 millones de pesetas cada uno, procedentes de fondos reservados. Condenados por la AN a 108 y 110 años de cárcel respectivamente por su participación en varios episodios de la guerra sucia y crímenes, también fueron premiados con el indulto. Jamás pidieron perdón.

Como contraste a lo anterior, nos situamos en el día de hoy. El Juzgado de lo Social nº 1 de Eibar ha rechazado la petición de los expresos vascos Iñigo Akaiturri Irazabal y Jesús María Zabarte Arregi para que se les reconociera la prestación del subsidio de desempleo. El Gobierno les impide el cobro del paro por no haber pedido perdón a las víctimas, ni haberse arrepentido… Su puesta en libertad conlleva por tanto un castigo añadido, en este caso negándoles el pan.

A mí no me consta que los otros condenados por la Audiencia Nacional a muchísimos años de cárcel por su pertenencia al grupo terrorista GAL y su participación en la guerra sucia del Estado pidieran perdón… También fueron indultados.

Como sigue siendo habitual, los magistrados, jueces, fiscales y gobiernos se han dedicado a aplicar la justicia y políticas de venganza cuando se trata de presos políticos vascos. Como ejemplo, ahí está el caso «Bateragune». Amigos y amigas abertzales de izquierda, tened cuidado, porque como se os ocurra hablar de paz, podrían considerarlo una estrategia de ETA y, por tanto, apología del terrorismo. Aunque parezca mentira,  así están las cosas.

¿Se debe pedir perdón? Todos estamos para dar y recibir, pero mientras las exigencias siguen señalando también a la izquierda abertzale, esto se podría demorar bastante.

Por otro lado, este servidor sigue opinando que el perdón revolucionario utilizando la palabra perdón no existe. ETA anunció el cese definitivo de su actividad y ha desmantelado sus estructuras de lucha armada. Aunque a los de siempre les resulta insuficiente, yo entiendo que es un gesto de pedir perdón, sin renunciar a su pasado.
Para terminar, vuelvo a insistir. ¿Quiénes deben pedir perdón? Aquí está la cuestión y parte del conflicto.

Bilatu