Karmele Aranguren y Celia Nebreda
SOSM19 plataforma

SOS Miracruz 19

SOS Miracruz 19, asociación vecinal creada ante la incredulidad y el estupor causados por la noticia del derribo del inmueble obra de Morales de los Ríos de 1888 de la calle Miracruz, quiere puntualizar las informaciones vertidas en los medios recientemente.

El inmueble nunca debió ser descatalogado, dado que dicha actuación fue irregular. Los técnicos de urbanismo fueron quienes lo desprotegieron dando por buenas las cuestionables alegaciones del propietario, en lugar de los expertos redactores del PEPPUC vigente (Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido), contratados para dicha labor. Estos fueron apartados de la posterior revisión del Plan (revisión que, por otro lado, fue realizada por causas que todavía desconocemos) y para responder a las alegaciones de los propietarios antes de su aprobación definitiva. Así se consiguió que más de sesenta edificios, entre ellos Miracruz 19, fuesen excluidos del documento definitivo permitiendo su derribo. ¿Por qué no fueron los propios redactores del PEPPUC quienes respondieron a las alegaciones para la exclusión de elementos y cambios de nivel de protección, en lugar de los técnicos de urbanismo?

Hay que tener en cuenta que la inclusión de Miracruz 19 en el PEPPUC fue impulsada por la propia Diputación de Gipuzkoa. Entonces, ¿por qué prevalecieron las alegaciones del propietario por encima de las de la Diputación? Además, si el edificio ya no está protegido y es completamente legal derribarlo y construir uno nuevo y distinto, ¿cuál es la razón de los juicios estéticos que hace el Ayuntamiento sobre la nueva construcción? Está claro que manifiesta la preocupación por la pérdida de un edificio tan significativo dentro de la trama urbana del barrio de Gros, fundamental para entender ese lugar y fondo de la perspectiva de una de las calles más identificables de la ciudad.

Por otro lado, la promotora nunca ha presentado cuatro proyectos para la parcela de Miracruz 19, como se ha llegado a afirmar. Realizó un primero llamado “Olatua”, pero ante el malestar ciudadano por el derribo del edificio de 1888, el Ayuntamiento pidió «esfuerzos» a la promotora para que el nuevo proyecto se asemejase al original; por esa razón el segundo (que es una modificación del primero) imita la forma cilíndrica y los huecos del torreón original; el tercero, que simplemente añade color rojizo al cuerpo en esquina, pretendía asemejarse al ladrillo tan característico del inmueble de 1888, único edificio de ladrillo caravista de esta época en la ciudad, muy del estilo francés de las ciudades como Albi, Toulouse o Montauban. Este tercer proyecto fue, sorprendentemente, calificado por el Ayuntamiento como «copia filológica», aún siendo conscientes de que está muy lejos de serlo. El cuarto proyecto sencillamente nunca ha existido.

No queremos copias, no queremos más sucesos semejantes al de la casa de Tomás Gros, Villa Manolita o Maskorgain, edificios que pretenden ser lo que nunca serán y juegan al camuflaje, arrasando edificios de la Belle Époque y no dejando paso a arquitectura contemporánea de calidad. Si destruimos nuestro patrimonio arquitectónico e imaginario colectivo, qué menos podemos exigir que una arquitectura de nuestro tiempo y no meros ejercicios especulativos.

Queremos aclarar que nunca ha existido un acuerdo entre la promotora y SOS Miracruz 19. En agosto nos reunimos con el concejal de urbanismo Enrique Ramos para poder llegar a un acuerdo que contentase a todas las partes. Por ello propusimos que se mantuviesen el torreón de esquina y una parte de la fachada, a cambio de retirar la demanda interpuesta. A la espera de que la promotora presentase el nuevo proyecto, el pasado 26 de septiembre el alcalde Eneko Goia y el concejal de urbanismo nos reciben e informan de que nunca existió tal acuerdo, que la promotora no conservará nada del edificio y que esperará a la decisión final del juez respecto a Miracruz 19.

Si esta resolución es favorable al derribo, Donostia perderá uno de sus edificios de esquina más significativos, y quedará incluido en la lista negra de pérdidas de patrimonio en el año que ostenta la Capitalidad Europea de la Cultura. Sonrojante lista que se completa con las villas Salaverría y Eulieta en Duque de Baena, Dorotea en el paseo de la Fe, Aitor en el paseo de Beloka (todas las anteriores en la zona Miraconcha), Txomin y Kanimar-Kanasi en Ondarreta, Kuttuna en Ategorrieta, Torregrosa en Gros,… ¿Cuándo parará este expolio patrimonial? Tal vez quede menos de lo que pensamos para que la Bella Easo deje de serlo. Donostia no merece otros años 70, no podría resistirlo.

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