Al Athletic Athletic, Athletic, zu zara nagusia, altza gaztiak! Así canta el himno. Es curioso como una canción provoca esas sensaciones tan particulares. No es de sospechar el origen de esa ilusión, esa emoción. Música, ritmo, canto, letra... algo normal. También sabe el simpatizante de cualquier disciplina qué es sentir, qué es sufrir… llegar a amar. Si eres aficionado, si eres seguidor de alguien, creas relación; creas empatía. En el fondo nos hace sentir más jóvenes, levanta el espíritu, vuelves a conectar con la juventud, con tu yo más profundo. Lo nuestro, sin embargo, no se entiende. Athletic, tú sabes que más que quererte te adoramos, te idolatramos. Cada uno se identifica contigo igual que tú te correspondes con él. Cuando hablan de ti me orgullezco tan sencillamente, que no dudo. Cuando te veo, te leo, te escucho… cuando te tengo. Lo que representas, es mucho más que fútbol. Esa entrega total, ese amor incondicional, nace de la humildad, de la simplicidad… de la nobleza más sincera. La sangre nos hierve cada vez que sales. En nuestro silencio se concentra a fuego el más intenso de los sentimientos. Ojala pudiésemos convertirlo en fuerza, canalizar toda esa pasión. Eres tan grande que no cabes en el corazón de la gente. No hace falta vencer, ya hemos ganado. Pero hoy, si pudiésemos dirigirlo todo, para que volemos, para que soñemos. Empujar contigo de alguna manera. Si puedes Athletic ganar la copa, si puedes Athletic hacer eso, si tuviésemos ese valor, si tuviésemos ese reconocimiento, si lo fuésemos absolutamente todo… no se ni si existiríamos. Camina león, camina, y se tú, solo tú, con que seas eso bastará. Eutsi gogor Athletic, zu zara nagusia!