Javier Orcajada del Castillo

El task force que jalea al Gobierno

Para que un gobierno tan irresponsable como el español, cuyos parámetros económicos van sin control y que, sin embargo, se hincha como un pavo real, es necesario contar con un task force de choque que aplauda sus acciones, oculte fracasos y mantenga a la población anestesiada…

Que considera inteligente la operación de rescate de cien mjl millones de la UE, además de tener que provisionar 225.000 millones de € entre efectivo y avales para salvar de la insolvencia la banca, asegurando que todo el proceso de saneamiento no costaría ni un € de fondos públicos. Ironías.

Que haya que rescatar autopistas quebradas por ocultar la gestión nefasta de las constructoras con la connivencia culposa del gobierno, lo que exigirá ser rescatadas por más de 5.000 millones. Que seamos el segundo país con mayor desigualdad de la UE.

Que el nivel humillante de calidad de nuestra enseñanza lo evidencia el informe PISA. Que España está considerado el segundo país de Europa en corrupción, aunque los políticos lo consideren aceptable y no se exigen responsabilidades...

Que nuestro endeudamiento exterior supera el PIB. Que la monarquía es de opereta bufa.

A pesar de alardear de crecer a tasas superiores al doble de Europa, seguimos con niveles de paro real superiores a los 4,5 millones, salarios recortados y sin expectativas de solución. Para contrarrestar este caos los medios de difusión dominados por poderosos grupos financieros mantienen a la población sin inquietudes, más allá de los éxitos de «La Roja», fomentando el individualismo y la resignación.

Unas desproporcionadas fuerzas policiales frenan toda reivindicación social. Unos sindicatos sumisos aliados con los empresarios hegemónicos que, a cambio, son financiados con fondos ilimitados por el gobierno. Con periodistas toscos e incultos que informan de sucesos y crímenes pasionales hasta el hastío, del tiempo y exhaustivamente de la vida privada de divos.

Con unos jueces vicarios que a fuerza de humillantes revocaciones de sus sentencias por parte del TSJE van limitando su historial de defensa descarada de los intereses de los poderes fácticos. El Gobierno y sus acólitos se siente fuerte con el apoyo de su task force.

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