Javier Orcajada del Castillo

El fiscal Calparsoro mediatiza las elecciones

Una psicóloga comentaba sobre el fiscal general de la CAPV que no lograba descifrar su sonrisa: si escondía detrás de ella un mundo profundo y enigmático o era directamente la expresión de su mentalidad simple e insegura.

Tras la decisión de investigar si en la abstención de un independiente del PNV al elegir alcalde en Andoain y quedar como mayoría Bildu se había cometido alguna extorsión o amenaza por parte de la coalición para lograr mantenerse en la alcaldía, se sospechó que la orden de actuar la fiscalía de oficio provenía de arriba. Resultó penosa la intervención en la televisión de Calparsoro tratando de justificar su decisión de investigar posibles ilegalidades de Bildu.

Como parece que no tiene otra cosa que hacer, se dedica a meter el dedo en el ojo a la formación abertzale. ¿No hubiera sido oportuno investigar cómo entre el PP y PSE colocaron de lehendakari a Pachi López, siendo el PNV el partido ganador? ¿No habría que investigar la razón por la que no se permitió formar grupo parlamentario propio a Amaiur en Las Cortes, puesto que reunía todas las condiciones, lo que le ha supuesto un quebranto económico sin justificación?

Al fiscal de la CAPV se le nota en exceso su fobia a todo lo que suponga derechos legales de los vascos. Si al menos lo supiera disimular o tuviera argumentos más sólidos a la hora de poner trabas a los vascos que plantean democráticamente su voluntad de autodeterminarse, sería más valorado por los partidarios de negarles ese derecho. Pero con un fiscal tan inexpresivo y superficial, sus genialidades, más que otra cosa, sirven para que la ciudadanía vasca se divierta al verle ante las pantallas tratando de justificar lo injustificable, y se descubra que, detrás de su sonrisa forzada y su lenguaje tosco y trompicado, no hay nada y es incapaz de disimular su obsesión contra todo lo vasco, le considerarán como el amigo que todos procuran evitar para no tener que soportar el ridículo

Ciertamente ninguno de los fiscales que Madrid manda al País Vasco ha sido ninguna lumbrera, en realidad se han caracterizado siempre por ser duros y poner trabas para que gocen de simpatía entre la población. Tampoco se ha esperado aquí nunca nada de ellos. Pero, es que Calparsoro...

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