Enric Vivanco Fontquerni

Estudiantes

En las situaciones límite es cuando verdaderamente se puede apreciar la catadura moral de los individuos. El forcejeo político iniciado en Catalunya hace más de trescientos años, con sus altibajos correspondientes, hay que recordar la Semana Trágica en Barcelona, estalló porque las clases populares estaban hasta el moño de poner los muertos, en Cuba y en el Norte de África, en los juegos de guerra de una España desimperializada a la fuerza. Para postre los catalanes enmanillados con el Estado, tuvieron que soportar una guerra provocada por los militares africanistas, que en cualquier país europeo hubiese durado 48 horas la intentona, pero gracias a la ineptitud acostumbrada, que todavía sigue a pleno rendimiento revestida con su arrogancia habitual. Son arrogantes porque no aceptan las discrepancias, son arrogantes porque obligan a ser lo que tú no quieres ser, son arrogantes en fin porque se amparan en unas normativas que ni en Portugal ni en Grecia rigen ya que el sistema político en el que se amparan, no está validado por nadie. Estoy consternado, por el linchamiento hacia un pobre director de un diario que publicó una noticia tan oportuna y contrastada respecto de los atropellos intencionados en Catalunya, es la señal clara de lo pérfidos y malvados antidemocráticos catalanes que quieren un Estado.

Envié estas líneas al diario correspondiente y por supuesto que es una estupidez, que nadie debe leer: «Como partidario de la libertad de expresión sin límite, y como señala la física cuántica el espacio-tiempo va unido exceptuando Catalunya. Pregunto ¿por qué no se desalojó Hipercor en su día cuando se sabía perfectamente que había explosivos en el edificio? Y que yo recuerde ningún diario, se molestó en profundizar en el debate. Como se está viendo la libertad va ganado cotas sobre todo cuando se relaciona con el Principat».

Ahora aparecen periodistas que escriben que están agotados por un quinquenio, en que lo único que se pretende es saber cuántas personas quieren tener un estado propio. Esta generación que ha nacido cansada, y encima quieren sobresalir como modelo moral respecto a los inmovilistas y el resto, dan lecciones a través de un periodismo de plató preconizado, que es del todo sabido que abusar del mismo provoca enfermedades cardiovasculares irreversibles en muchos casos. Querer aparentar su pureza interpretativa al buscar una equidistancia imposible, utilizando los sentimientos que son personales e intransferibles, como el dolor de muelas, olvidando que el litigio su materia prima es política en estado puro, se manejan en un periodismo rosa alambicado y ligero como una pluma de jilguero, aseguran que el agua, no les moja, porque ponen el tobillo en remojo y los pies los tienen secos. Por todo ello, los estudiantes de historia y de periodismo, tienen la posibilidad de poder realizar unas investigaciones maravillosas, así pues, manos a la obra.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni

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