Iñaki Uriarte

Gora Periko betiko

En Barakaldo, paradigmático antiguo centro espiritual de la civilización industrial, en su Heriko Plaza, que hoy ha recobrado su pleno sentido de espacio público sentimental, hemos asistido en una bellísima espiritual y formal ceremonia con enorme cariño social a la proclamación de un beato popular: Periko Solabarria.

Su vida, síntesis de su elevado concepto de la dignidad y la libertad para todos aquellos que crean integrar la sociedad vasca, deja un polisémico legado: «Si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir».

Y ante tal consejo colectivo una esperanzadora respuesta: Periko, nuestro día llegará. Agur eta Ohore!

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