La política criminal de los Hermanos Musulmanes está chocando de manera frontal con los ejércitos y sectores amplios de las poblaciones de los países gobernados por las organizaciones de la secta fundamentalista combatida desde hace décadas por Nasser. Este grupo constituye una red de poder de tipo masónico. Su asalto a las instituciones ha venido auspiciado por las movilizaciones denominadas como Primaveras Árabes.

Tales movimientos fueron alentados de manera evidente por Occidente y sus resultados saltan a la vista en Libia, con el cruel asesinato de Gadaffi, en Irak con el linchamiento de Saddam Hussein y en Siria, estado árabe agredido por las bandas criminales a sueldo de Arabia Saudi, Qatar y Emiratos Árabes. Las armas las han puesto EEUU y la OTAN y el dinero las satrapias del Golfo. Los muertos y lisiados, los desterrados, las sociedades civiles de esos estados arrasados.

El golpe en Turkia está siendo repelido por sectores del Ejército, de la aviación que apoya al ejecutivo de Erdogan. Los enfrentamientos en la emisora pública de televisión entre civiles y militares golpistas se han resuelto en favor de los partidarios de Erdogan.

Aunque el golpe no triunfe, la fisura en el seno del Ejército pasará factura a Turkia, es curioso que Alemania ha negado refugio a Erdogan en el supuesto de tener que huir del país.

La guerra civil va tocando a las puertas del sultanato neo–otomano de Erdogan. Fueron a Siria a asesinar a El Assad y acaban en guerra interna ante la estupefacción del mundo.

Tal vez el golpe no prospere esta vez, pero la venganza se servirá en plato frío y el sultán hará bien en recordar los últimos momentos de Gadaffi y Saddam, hará bien en recordar a su correligionario Mursi.

De momento el islamismo civil ha repelido ejemplarmente el golpe, esta historia solo acaba de empezar cuando la división preguerra civilista es un hecho y al fondo quedan las imágenes de Niza, igualadas a cualquier jornada cotidiana en Siria, Irak o Libia.

Ahora Erdogan y su secta arrasarán a los militares levantados y sus familias.

Para los demócratas, la izquierda, kurdos y alauies tan solo queda la represión más brutal con los actuales dirigentes filo nazis de Ankara.

Feliz futuro, Europa. ¿A dónde vas con este aliado?