El siglo XIX en Europa fue el siglo de las rLevoluciones, inmediatamente fue apercibido como el gran peligro debido a la potencialidad que destilan las masas como configuradoras de cambios y de nuevas realidades. Gustave Le Bon, y Gabriel Tarde, en sus obras reflejan el pánico escénico que les genera, por medio del lenguaje académico lo intentan amortiguar. Tarde, menciona que la inteligencia de la masa como media es inferior a cualquier individuo que forma parte de ella, se intenta demostrar que la masa es un potencial de amenaza que en muchos casos siguen directrices de malvados peligrosos. Los trescientos años que Catalunya ha recorrido desde el momento que se le quitan sus derechos políticos y sociales, no se puede comprender sin el fenómeno de masa que no se resigna al albur del conquistador. Las imágenes de resistencia por toda la geografía del Principat, que personas que no se conocen y se unen codo con codo para defender derechos básicos de convivencia y de respeto a la opinión, se configura de forma automática al apercibir del peligro que llega desde el exterior, y este magma de dignidad irradia una energía de decencia que jamás será derrotada. Es un momento de alegría, los malvados utilizan sus armas miserables, intentando aplastar la voluntad de resistencia de un pueblo paciente y generoso, como todos los grupos que toman conciencia de serlo. Sí, España nos roba, se puede proclamar alto y claro, pero por mucho que roben, la victoria siempre está del lado de los perseverantes que utilizan la única arma que no mata, que es la decencia.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni