El Ayuntamiento de UPN ha aprobado la construcción de un ascensor en Mendillorri por 900.000 euros. Aparentemente una buena noticia para nuestro barrio: una dotación que ayudará a las personas con dificultades de movilidad a acceder a la parte alta de Mendillorri, donde se concentran los principales servicios: centro de salud, centro cívico, etc. Sin embargo, un gasto tan importante, cercano al millón de euros, debería ser consensuado con sus destinatarios: los mendillorritarras. Y cuando el vecindario ha opinado, no ha pedido un ascensor. En el proceso de presupuestos participativos de 2011, desarrollado por el propio Ayuntamiento, las propuestas más votadas fueron un patio accesible para los colegios de la parte baja, un frontón descubierto, una barrera amortiguadora del sonido en Monte Campamento, un camino de comunicación con Sarriguren, reductores de velocidad, aparcamientos junto al Instituto y zonas de esparcimiento canino. Los vecinos y vecinas del barrio han sido preguntados sobre las necesidades del barrio en diagnósticos participativos elaborados por diversos colectivos, y las respuestas más repetidas han sido la atención a la infancia y la juventud, la apertura del Palacio como dotación púbica y unas instalaciones deportivas y de ocio públicas. Resumiendo: en ningún momento ha aparecido la necesidad de un ascensor. ¿Por qué UPN y PSN se han empeñado en este proyecto? No lo sabemos. Pero sí estamos seguros de que ya es hora que el Ayuntamiento trabaje codo con codo con las asociaciones y vecinos del barrio para responder a las principales carencias de Mendillorri.