Arantxa Glez. Goenaga

Padres de vergüenza

De vez en cuando voy a ver un partido de baloncesto y creo que el comportamiento de los padres de los jugadoros es de vergüenza, por un lado mandando, chillando todo el rato a los o las chavalas lo que tienen que hacer, cuando ya tienen cada equipo sus entrenadores y ayudantes para hacerlo y por otro aullando y chillando cuando el equipo contrario va ganando, a veces hasta insultando a los contrarios. Y en la capital aún se comportan peor que en los pueblos. Hasta sus proios hijos se avergüenzan. Creo que ésto se debería atajar y que el arbitro debería a la primera avisar de que, si siguen así, se le mandará fuera y a la segunda hacerlo, para que aprendan primero a respetar y segundo a enseñar a sus hijos que lo importante es practicar un deporte por salud física y mental, se gane o pierda y más cuando son infantiles, juveniles, etc., para los que es un deporte por el que no se cobra (al contrario, se gasta) y no un trabajo.

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