Zigor Etxeburua Urbizu | Miembro de la iniciativa Euskara Ofiziala Nafarroa Osoan

Por una Ley que nos alegre

Las personas euskaldunes hemos naturalizado la situación de opresión lingüística, pero no es una situación natural. Llega a tanto la interiorización que hasta nos alegra que nos hablen en euskara en nuestra tierra, cuando debiera ser lo normal. Nos alegramos porque sentimos que nos topamos con una igual, pero sobre todo nos alegramos porque nos sentimos reconocidas. La primera razón es una característica de las comunidades minoritarias. Sin embargo, la segunda tiene que ver con las comunidades minorizadas.

De las dos características expuestas la más grave es la de la minorización. No nos parece aceptable el argumento de Chivite (PSN) de que las personas euskaldunes merezcamos menos, por ser menos. El PSN no les niega a las personas dependientes el derecho a recibir asistencia, aun no siendo una mayoría cuantitativa. Al fin y al cabo, el PSN no nos considera personas a los y las euskaldunes, y muestra un perfil supremacista.

Pero el PSN encuentra una excusa para argumentar esa segregación en la Ley del Euskara aún vigente, que impone la exclusión social de las personas euskaldunes. El Gobierno afirma que con esa Ley se pueden garantizar los derechos lingüísticos de las personas euskaldunes. No es cierto, y el Gobierno lo sabe. Los decretos que desarrollan la Ley solo ofrecen el permiso como opción, no la garantía y menos aún el requisito. El derecho a vivir en castellano en toda Nafarroa es pleno. El derecho a vivir en euskara es, en todo caso, parcial, ya que las personas euskaldunes no tienen la seguridad de ser atendidas en euskara. ¿Se puede considerar esa situación como de pleno derecho?

Las personas euskaldunes queremos ser sujetos de pleno derecho, que se nos considere personas adultas. Las fuerzas «del cambio» tienen la responsabilidad de derogar la discriminación impuesta por ley. Ya no valen los argumentos de cuando eran oposición, ahora gobiernan. Se fijan más en la repercusión que pueda tener la aprobación de una nueva ley del euskara que sea digna para todos los navarros y todas las navarras, que en el efecto positivo que tendrá en la sociedad. Con la aprobación de la nueva y digna Ley del Euskara las personas euskaldunes recibiremos el reconocimiento que esperamos, y ello nos alegrará enormemente. Imaginaros ese momento… ¿a que sí?

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