Javier Orcajada del Castillo

«Reunión de pastores...»

Continúa el refrán: «(…), oveja muerta». Conforta ver que en esta situación extrema de riesgo de supervivencia de la integridad de la patria, los tres ex presidentes se reúnan para transmitir tranquilidad a la ciudadanía. Eran los jarrones chinos que no se sabe dónde colocarles sin molestar, aunque todos se han buscado algún apaño en alguna multinacional. Allí estaba Felipe, cebado y con una expresión oral y aspecto entre dormido y malas pulgas propias de un anciano que chochea. Aznar era otra cosa: apariencia juvenil, agudo y de risa fácil estudiada y con el perfume embriagador de sus «oportunas» gracietas. Más bajito y con poses estudiadas mezcla del Charlot cómico y de General Franco, a la hora de dar soluciones fáciles a problemas que han devenido insolubles. El tercero Zapatero, Bambi para los de la panda; haciendo gala de su «talante» y hombre de Estado. A su iniciativa se modificó el artículo 135 de la Constitución para tranquilizar a Frau Merkel. El que en la Asamblea General de las UN afirmó con descaro que la banca española era la más segura del mundo, días antes de su desplome. Felipe y José son partidarios acérrimos de aplicar el artículo 155 ante la convocatoria de los catalanes del referéndum ilegal para evitar que a otras comunidades autónomas se les ocurra esa genialidad y el virus puede extenderse al resto de España como método para solucionar un problema que no tiene solución. Es que, cuando al que alardea de fuerte le faltan argumentos echa mano del recurso fácil de la ley que hacen respetar sólo los jueces nombrados por políticos afines. En tal caso no es extraño que ganen por goleada, auque el árbitro está vigilando desde Bruselas con la amenaza de tarjeta roja. Bambi continúa con su bendita candidez, pero conviene recordarle la sesión agónica en Las Cortes del 12 de mayo del 2012 ante la llamada amenazante de Obama. Estuvo a punto de echarse a llorar. El y Felipe, que apoyaban sin disimulos a la matrona Susana Díaz en la elección a secretario del PSOE, demuestran la escasa fiabilidad de los iconos socialistas que pretenden impartir doctrina, Bambi dando consejos a Venezuela para presionar al presidente constitucional, Maduro, para que permita que vuelvan los gobernantes sátrapas que arruinaron el país. Y Felipe demostrando su patriotismo desde el consejo de administración de una eléctrica. Pero fue José quien, con esa lógica elemental de los torpes, se muestra partidario de enviar al Ejército y a la Guardia Civil a Catalunya, ya que argumenta que es una medida perfectamente constitucional. No parece que alguien le haya explicado cual será el camino de salida de las fuerza armadas una vez «pacificado» el territorio rebelde. Los tres piensan que en un estado de derecho debe imperar la ley, aunque haya algún cínico que tenga recopilado un extenso catálogo con casos de incumplimiento de leyes por parte de los gobiernos que presidieron. No estuvo presente Rajoy, pues los organizadores temieron que soltara alguna frase incoherente como suele, guiñando el ojo izquierdo para explicar sus divertidas argumentaciones cuando afirma que un vaso es un vaso y un plato, un plato.

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